lunes, 16 de octubre de 2017

El mounstro


La noche es más oscura antes del amanecer y más terrorrifica, antes de el primer brillo del sol. La maldad aparecé entre las tinieblas y se apodera de todos, de dia desaparece, solo para descanzar. Los mounstros pueden vivir entre nosotros, puede ser un vecino, un familiar o un viejo amigo, los mounstros no vienen del cielo, solo caminan a nuestras espaldas.
La noche estaba tranquila, bastante silenciosa, no volaba ni una hoja, no habia nadie en la calle. Estaba en su habitación, solo estaba mirándola, ella estaba inquiéta y temblorosa. Me acerqué y le quité la venda de los ojos, ella apretó los ojos y los abrío, me miró con esos ojitos verdes, totalmente asustada.
-No, no, tranquila -dijo yo- ¿Son las quemaduras?
Ella me miró muy nerviosa.
-Tranquila, tranquila, sh -dije acariciándole la megilla- Al principio dan miedo, pero después te acostumbras, es solo el primer momento.
Ella corrió la cara muy asustada.
-Tengo una sorpresa para vos, un regalo -dije yo.
Ella me miró y no dijo nada. Me acerqué, le corrí la silla y me fuí hacia un costado, donde habia una especie de sabana, la cual cubria un mural.
-Éste es mi regalo -dije quitando la sabana.
Ella se quedó totalmente sorprendida al ver todas sus fotos.
-Ves, tengo todas tus fotos. De día, de noche, de mañana, de tarde. A la salida del trabajo, de fiesta y en tu casa, linda casa -dije yo sentado cerca de la silla de ella.
-¿Por qué tenes todas mis fotos? -pregunto ella.
-Ah, ya extrañaba tu voz -dije yo sacando la lengua.
-¿Quien sos? -pregunto ella.
-¿No te acórdas de mi? -pregunté acariciandole la pierna.
Ella negó con la cabeza.
-Camila, Camila -dije yo poniendome enfrente de ella- Miráme bien.
Camila me miró y negó con la cabeza.
-Vamos hacer un breve repaso -dije levantandome del piso- La escuela, ¿te acordas? un chico que todos cargaban.
Camila me miró y no contestó.
-Ezequiel Casero, ¿te suena? -pregunté sacando la lengua.
Camila muy asustada, negó con la cabeza.
-Ah, ya se, ya se. Esto te va hacer recordar -dije yo hablandole al oido- El mounstro, el mounstro.
-No puede ser -dijo Camila sorprendida.
-Si, te acordaste, vamos, vamos. Es el día mas feliz de mi vida -dijo el mounstro sentandose encima de ella.
Camila lo miro y se puso a llorar.
-No, no, no llores. No te voy a hacer nada -dijé sacando la lengua- Pero vos, me trataste muy mal, muy mal me trataste. ¿Te acordas?
-Perdón -dijo Camila con la vos entre cortada.
-Yo soy bueno y te perdono, pero me lastimaron mucho. Vos y Martin me pusieron el apodo, "el mounstro" -dije yo.
-Lo siento -dijo Camila.
-Martin Davin, el chico lindo, el mas popular. El era malo, me cargaba mucho, se burlaba de mi espalda encorvada, de mis quemaduras y de mi cara -dijo el mounstro sacando la lengua.
-Te pido perdón, pensamos que no te haria tanto daño -dijo Camila.
-A vos te perdono, a el no. Aparte siempre lo quiziste a el, siempre lo buscabas -dije yo.
-Estaba enamorada -dijo Camila.
-Y si, era el chico lindo de todo el colegio. Pero el andaba con muchas, no te queria solo a vos. Yo en cambio, si.
Camila lo miro y no contesto.
-Martin se reiba mucho de mi, se reia de mi joroba, de mi caminar pausado y de mi quemaduras -volvi a repetir mientras me rascaba la cabeza.
-El no es malo, eramos chicos -dijo Camila
-¡NO LO DEFIENDAS! -grité golpeando la pared.
Camila cerro los ojos bien fuerte, creyendo de que la iba a lastimar.
-No, no, no. Tranquila, no te pongas asi. Yo jamas te haria daño -dijo el mounstro dandole un abrazo.
Camila respiro profundamente y no contestó.
-Me acuerdo cuando te invite al baile conmigo, vos y Martin se burlaron. La bella y la bestia, dijeron -dije yo apoyado a la pared.
Camila lo miro y no contestó.
-Como la chica mas linda, se iba a enamorar del chico mas feo. ¿Por que la princesa se enamoraria de la bestia?, solo en los cuentos ocurre. Pero tenias que elegir a Martin, sin importar que te engañe y en cambio, el mounstro te amaria, perdon te ama para el resto de tu vida y jamas te engañaria.
-Lo siento -dijo Camila.
-Ya es tarde para arrepentirse -dije sacando el revolver de un cajon.
-¿Que me vas hacer? No me lastimes -dijo Camila suplicando.
-No, no te asustes. Esto lo tengo por las dudas -dijo el mounstro- Tengo otro regalo.
Camila respiro aliviada y asintio con la cabeza.
-Te compré un anillo, mirá que lindo que es. Nos vamos a casar -dije muy contento- ¿Vos queres?
Camila asintio con la cabeza, mientras lloraba.
-Yo ya tengo el mio, dame la mano -dije yo agachandome delante de ella- Perdon tengo que desatarte, primero.
Con un cuchillo la desaté y luego le coloque el anillo, Camila tenia las manos muy temblorosas.
-Puede besar a la novia -dijo el monstro acercandose hacia su boca.
Camila le corrio la boca, negandole el beso.
-Otra vez, me negas. Otra vez, la historia se repite -dije agarrando el revolver.
-¡NO! ¡Por favor! -pidio Camila desesperada.
-¿No se, si dispararte en la cabeza o en la panza? -pregunté cargando las balas- En la cabeza, no. Moririas en el instante, en la panza puede ser. Sabes como me dolia la panza cada vez que me cargaban.
Camila nego con la cabeza, reiteradas veces.
 Me tapé los ojos y comencé a mover el revolver de un lado, hacia otro. Finalmente un disparo salio e impacto en el abdomen de Camila, esta ultima se cayo para atras.
-¡NO! ¡NO! QUE HICE -grité acercandose donde estaba ella- ¿Estas bien?
Camila estaba agonizando.
-Perdoname, fue sin querer -dijé yo acostandome al lado suyo, con el revolver en mi mano.
Camila no podia respirar y me miraba pidiendole ayuda. Solamente la abrazé.
-Hasta que la muerte nos separe -dijé disparandome en la cabeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario