martes, 26 de diciembre de 2017

Una melodia en navidad

Andrés estaba sentado en la vereda, tocando su trompeta. La gente pasaba y le dejaba plata. A su derecha observo como un niño, forcejeaba y discutía con un policía. 
-Soltame -dijo Santino forcejeando con un policía. 
-Por favor, es menor de edad. Lo tengo que llevar a su casa –dijo el policía. 
- ¡NO!, basta –grito Santino. 
Andrés al ver toda esa situación, se levantó y se acercó. 
-¡Hermano! ¿Qué haces? -dijo Andrés acercándose. 
-¿Es su hermano, señor? -pregunto el policia. 
-Si, es mi hermano. Mama, te va a matar. 
-Bueno, buenas noches –dijo el policía moviendo su gorra. 
Andrés sonrió y Santino fue a sentarse. 
-Gracias, ¿No? -pregunto Andrés acercándose. 
-De nada –contesto Santino. 
-Me llamo Andrés. 
-Santino. 
-¿Cuántos años, tenes? 
-11. 
-¿11? ¿Qué haces con 11 años, solo en una noche de navidad? -pregunto Andres sorprendido 
-Me pelee con mis papas. 
-¿Por qué? 
-Porque quieren más a mi hermanito –dijo Santino moviendo su pie. 
-Suele pasar. 
-¿No queres que te lleve a tu casa? tus papas deben estar preocupados. 
-No, no voy a volver. 
Andrés tomo su trompeta y la limpio. 
- ¿Qué pediste para papa noel? 
-Una bicicleta. 
-Y si no estas, ¿Cómo vas a verla? 
-Si, ya se. Pero no quiero volver -contesto Santi  
- ¿Estás seguro que no queres que te lleve? 
Santino negó con la cabeza y Andrés se sentó al lado suyo. 
- ¿Tocas la trompeta? -pregunto Santino intrigado 
-Si, intento -contesto Andrés moviendo su instrumento. 
-Haber tócate, algo. 
-¿Si? -pregunto Andrés asombrado. 
Santino asintió con la cabeza, Andrés se levantó y comenzó a tocar. 
-Tocas bien –dijo Santino. 
- ¿Te gusto? -pregunto Andrés con una sonrisa. 
Santino asintió con la cabeza y Andrés le sonrió. 
-¿Por qué estas acá? -pregunto Santino. 
-Uf, es una larga historia –contesto Andrés sentándose al lado suyo. 
-Tengo toda la noche. 
Andrés sonrió y se sentó. 
-Está bien. Perdí a mis viejos, hace 3 años en un accidente automovilístico y desde ese momento, no volví hacer el mismo. 
- ¿Y tus hermanos? -pregunto Santino 
-No tengo hermanos, me hubiese encantado tener. 
-Pero... ¿por qué venís a tocar en la calle? 
-Mas o menos, hace un año atrás lo decidí. El accidente me traumo, no podía subirme a un auto, no podía caminar por la calle y si me tomaba un bondi, siempre me descomponía. 
-Y tocas... 
-...Para darle alegría a las calles. Entendí que tenia que cambiar, mi dolor por alegría. 
-¿Te dan mucha plata? -pregunto Santino. 
-No, no lo hago por la plata. A veces pasan y me dejan -contesto Andrés sonriendo. 
Santino se levantó y comenzó a tocarse la panza 
-Tengo hambre. 
-Ahora te compro algo en el kiosco –dijo Andrés yendo a comprar. 
Santino se quedó sentado esperando, Andrés se dirigió hacia el kiosco que estaba a un costado. 
-Toma, es el mejor sándwich que vas a comer en tu vida –dijo Andrés. 
Santino lo agarro, lo desenvolvió rápidamente y comenzó a comérselo. 
-Es riquísimo -contesto Santino mientras masticaba 
Andrés lo miro y asintió con la cabeza. 
-¿Tenes novia? pregunto Santino. 
-Si, no. Bah, es una pregunta complicada –contesto Andrés. 
-¿Soy gay? 
-No, no. Sos rápido, eh –dijo Andrés riéndose. 
-¿Entonces? -repregunto Santino. 
-Nos separamos hace una semana. Ella quiere tener un hijo, yo también...pero no me siento preparado. 
-¿Tenes miedo? 
-No quiero fallarle, no quiero que le pase lo que me paso a mi. 
-¿La amas? 
-Mucho. 
-Anda a buscarla. 
Andrés lo miro y negó con la cabeza. 
-¿Porque no le cantas? -pregunto Santino. 
-No, no va a funcionar –contesto Andrés. 
-¿Cómo sabes? 
-Porque la conozco. 
-Como decía mi tío, el que no arriesga no gana. 
-Aparte vive, lejos de acá. Gracias igual. 
Santino lo miro y no contesto. 
-¿Te puedo dar un consejo? -pregunto Andrés. 
Santino afirmo con la cabeza. 
-No te enojes con tu familia, después te vas a arrepentir -dijo Andrés acosijándolo. 
-No sé, es que para ellos soy invisible -dijo Santino moviendo su cabeza. 
-Porque tu hermano es chiquito y necesita más atención. No te gustaba, cuando tus padres estaban solo para vos, jugaban con vos y te hacían regalos, solo a vos. Hoy tenes la suerte de compartirlos, nada más y nada menos que con tu hermano, mira qué suerte. 
Santino lo miro y se rio. 
-En serio, no te enojes con ellos. Te lo dice alguien que los perdió y hoy, los extraño mas que nunca. 
-Tenes razón, quiero volver –dijo Santino. 
-Gran decisión, ahora tengo que ver cómo te llevo. Porque bondi no pasan más y para remis, no tengo plata. 
- ¿Por qué no tocas así te dan plata? 
-No, no... -contesto Andrés negando con la cabeza. 
-...dale, yo te ayudo con estos tachos –dijo Santino agarrando los tachos. 
-Dale –dijo Andrés sonriendo mientras lo miraba. 
Estos dos se pusieron a tocar, la poca gente que quedaba en la calle se acercaba y le dejaba plata. 
-Vamos que ya va a llegar papa Noel -dijo Andrés contando la plata. 
Santino se levantó y le dio la mano Andrés, este último pidió un remis. La radio del conductor, relataba el conteo. Faltaban cinco minutos. 
-Es acá –dijo Santino señalando con el dedo. 
Andrés le pago al conductor y se bajó. 
-Nos vemos, Santino. Que seas feliz –le dijo Andrés, dándole un beso. 
Santino le dio un abrazo. 
Andrés se quedo mirando unos segundos, se dio vuelta y se fue caminando. 
-¡Andrés! ¡Andrés! -grito Santino saliendo de su casa. 
Andrés se frenó y se quedó mirando. 
-Vamos, vamos –dijo Santino corriendo y agarrándole la mano. 
- ¿A dónde? -pregunto Andrés. 
-Vamos a la casa de tu novia. 
-¿Con quien? 
-Con mi tio, antes que se emborrache. 
Estos dos entraron en el auto de su tío y se sentaron en la parte trasera 
-Vos... ¿Estas enamorado? -pregunto Andrés 
Santino afirmo con la cabeza. 
- ¿Ella lo sabe? -pregunto Andrés con una sonrisa en sus comisuras 
Santino negó con la cabeza. 
-Invítala a comer un sándwich. 
-De salame -dijo Santino riéndose 
-Ahí, la de rejas negras –dijo Andrés señalando con su dedo 
El tío se estaciono y bajo Andrés, luego bajo Santino. 
Andrés se bajó del auto, tomo su trompeta y se la llevo hacia su boca, respiro profundo y espero unos segundos. Al escucharlo se asomó al balcón 
-Belén, Belén. Él te ama mucho –grito Santino. 
Belén se quedó escuchando. 
-Dale una oportunidad –pidió Santino. 
- No sé si puedo tener un hijo –dijo Andrés. 
Belén se dio vuelta y dio dos pasos hacia el interior de su habitación 
-Espera, déjame terminar. No estoy preparado a tener un hijo, pero estoy preparado para tener una familia. 
Belén se acerco nuevamente al balcón. 
-Quiero que mis decisiones tengan tres razones, quiero poner tres platos en la mesa, lo único que quiero es que formemos una familia 
Belén abandono su habitación, abrió la puerta y fue corriendo a abrazarlo. 
-Te amo –dijo Andrés levantando a su novia 
-Yo más –dijo Belén dándole un beso. 
Estos dos se quedaron abrazados, mientras el cielo se iluminaba por los fuegos artificiales 
-¿Quién es el? -pregunto Belén. 
-Es un gran, amigo –contesto Andrés. 
Santino con una sonrisa en su rostro, fue caminando hacia el auto de su tío. 
-Feliz navidad, amigo –dijo Andrés. 
-Feliz navidad –contesto Santino antes de subirse al auto. 

jueves, 14 de diciembre de 2017

El aprendiz

Era una noche de lluvia más que lluvia, era una tormenta. Relámpagos y truenos se adueñaron del cielo, el agua caía y caía, las calles de la Provincia de Buenos Aires se inundaban. Había poco viento, solo había agua. 
Volvieron del local de comidas rápidas, Marcos y su mejor amigo ingresaron primero, luego Alberto su padre. Se quitaron la ropa mojada, Alberto les dio ropa seca y los tres se sentaron a la mesa. 
-¡La puta madre! No puede llover tanto –dijo Alberto. 
Su hijo y su mejor amigo se rieron. 
-¿Ya no son grandes para manejar? -pregunto Alberto- ¿Cuántos años tienen? 
-Tenemos trece, Beto –contesto Pocho. 
Alberto se quedó mirando fijamente al amigo de su hijo. 
-¿Qué soy tu mujer? No tenemos confianza –dijo Beto- Señor Beto, decime. 
-Disculpe, señor Beto –contesto Pocho agachando la cabeza. 
Alberto comenzó a reírse desconsoladamente y su hijo empujo a su amigo. 
-Te asustaste todo –dijo Beto moviendo su cabeza. 
-Ya está –dijo Marcos moviendo su mano. 
-Ah bueno, perdón. No sabía que eran noviecitos –dijo Beto a carcajadas. 
Marcos giro su cabeza y se mordió su labio. 
-Come Beto. 
Alberto le hizo caso a su hijo, desenvolvió su sándwich de vacío y abrió su cerveza. Marcos y su amigo abrieron sus hamburguesas y sus gaseosas. 
-Pocho... pásame la mayonesa –dijo Marcos marcándole con el dedo. 
Pocho se quedó mirando la cerveza. 
-¡Pocho! -grito Marcos. 
Su mejor amigo movió sus hombros como asustado y reacciono. 
-Toma –dijo Pocho pasándole la mayonesa. 
-¿Qué miras? -pregunto Alberto. 
-Nada Beto –contesto Pocho moviendo su cabeza- Perdón, señor Beto. 
Beto agarro su cerveza y bebió un sorbo. 
-¿Queres un poco? 
-¿Yo? -pregunto Pocho sorprendido. 
-No, mi abuelita Marta –contesto Beto riéndose. 
Marcos se acercó y se puso delante de su amigo. 
-Déjalo Beto. 
-Como te tiene tu mujer, déjalo que decida el –dijo Alberto- ¿Queres o no? 
Pocho miro a su amigo y luego a la cerveza. 
- ¿Y? -volvió a preguntar Beto. 
Pocho estiro su mano agarrando la cerveza, probo un sorbo y enseguida la escupió. 
- ¡Que mariquita! -dijo Beto burlándose de él. 
-Basta, no lo molestes –dijo Marcos enojado. 
- ¿Yo te moleste? -pregunto Beto tocándole la cabeza. 
-No señor -dijo Pocho en vos baja. 
-Viste, hijo. Estas muy nervioso. ¿Qué pasa? -pregunto Beto- Contale a papi. 
Marcos no contesto y siguió comiendo, su papá y su mejor amigo, también siguieron comiendo. 
-Mamá me dijo que cambiaste de trabajo. 
- ¿Tu mama habla de mí? -pregunto Beto con una sonrisa. 
- ¿Dónde trabajas? -insistió Marcos. 
-Espero que no te haya contado lo que le hacía en la cama. 
Marcos fastidioso se lo quedo mirando y su papá saco un revolver y lo apoyo en la mesa. 
-¿Sos policía? -pregunto Pocho. 
- ¡Que va a ser policía! -exclamo Marcos. 
Beto desarmo el revólver y lo miro. 
-Le saco a los que más tienen y se los doy a los pobres. 
.-Sos un ladrón –dijo Marcos. 
Alberto bebió un sorbo y miro a Pocho. 
-Pocho... ¿para vos que soy? 
-Una buena persona, señor -contesto Pocho. 
Alberto limpio su revólver y asintió con la cabeza. 
-Ves, vos sos el que piensa raro. Esa es tu mama que te llena la cabeza. 
-Por suerte me quede con mamá -dijo Marcos aliviado. 
Alberto saco de su bolsillo un paquete de cigarrillos, lo abrio y saco uno. 
-¿Qué queres decir con eso? ¿Fui un mal padre? 
-No fuiste el mejor y siempre fuiste violento. 
Beto se reclino hacia atrás, saco una bocanada de humo de su boca y agarro un par de balas. 
-Uno da todo por sus hijos y así te pagan –dijo Beto colocando las balas en el revolver- Lo único que importan son las balas. 
-¿Sos un ladrón? -pregunto su hijo. 
Beto movió su revolver de un lado hacia otro. 
-¿Queres una pitada? 
Pocho negó con la cabeza. 
-Porque lo maltratas a él... te había hecho una pregunta –dijo Marcos. 
-Cómo estas hoy, ¿eh? ¿Estás en tus días de mujer 
-¿Sos un ladrón? -volvió a preguntar Marcos. 
-No lo diría así, tengo una banda que le sacamos a los que más tienen. A veces bancos o a veces mansiones. 
-Sos un ladrón, ¡hijo de puta! -grito su hijo. 
-Ah bueno, se destapo el hombrecito –dijo Beto. 
-Sos una basura, no cambias más. 
Beto se levantó y se puso atrás de su hijo. 
-¿Te crees que sos hombre? Sos muy macho gritando. 
Marcos respiro profundo y no contesto. 
-Agarra el revólver y dispárale a Pocho –dijo Marcos. 
-¡NO! -grito Marcos. 
- ¿Qué? ¿Estás loco? -dijo Pocho. 
-No sos tan macho. Si sos hombre, dispárale a Pocho. 
- ¡No dije! -grito Marcos. 
-No queres entrar en la banda, estamos haciendo audiciones. 
Pocho se levantó y se dirigió hacia la puerta. 
- ¡Pocho! ¡Pocho! ¿A dónde vas? -pregunto Alberto- Todavía tengo más cervezas. 
-No señor, se lo agradezco. Pero me tengo que ir.  
-Es temprano, todavía. Aparte mira como llueve –dijo Alberto mirando por la ventana. 
Pocho intento abrir la puerta, pero Beto se interpuso y no lo dejo salir. Mientras ellos dos forcejeaban se escuchó un disparo, había sido Marcos que disparo al techo. 
-Bueno, bueno. Como aprendió el nene –dijo Alberto levantando sus manos. 
-Déjalo a Pocho –Pidió Marcos dejando el revolver en la mesa. 
Beto agarro a Pocho y comenzó a sujetarlo desde atrás. 
- ¿Y si no lo dejo? -pregunto Beto. 
-Soltalo, él no te hizo nada –contesto Marcos abriendo sus manos. 
- ¿Y yo que te hice? 
-Arruinarme la vida como siempre. 
-Por favor, soltame Beto –pidió Pocho. 
-Te dije que me digas señor. 
Pocho compungido agacho la cabeza y no contesto. 
-Déjalo –dijo Marcos agarrando el revolver. 
- ¿Qué vas hacer? ¿me vas a matar? -dijo Beto moviendo a Pocho- Para disparar hay que ser hombre. 
- ¡Déjalo! -Marcos volvió a advertir. 
Alberto comenzó a apretarle el cuello de Pocho más fuerte. 
-Pobrecito Pochito, morir ahorcado –dijo Beto- Vas a tener que decidir, tu novia o tu querido padre. 
Marcos a la distancia veía como su amigo estaba sufriendo, producto a los golpes de su padre. Tenía y debía tomar una decisión, su arma estaba en sus manos, esa era la única solución. Era difícil porque su mano no paraba de temblar, los nervios lo estaban devorando, era el momento no podía dejar pasar un segundo más. Agarro fuerte el arma, respiro profundo y disparo. La bala salió del tambor, viajo linealmente y rápidamente hacia la cabeza de su padre, esa bala tenía un solo destino y así fue, su padre se cayó hacia atrás, liberando a Pocho y la sangre comenzó a recorrer el piso. 
- ¿Cómo hiciste, eso? -pregunto Pocho sorprendido. 
-Ahora no, Pocho –dijo Marcos acercándose a su padre- Tráeme un trapo. 
Pocho fue corriendo y le alcanzo el trapo, Marcos lo agarro, limpio el revólver y se la coloco en la mano de su padre. 
-Ves que no hay buenos y malos, aprendiz –balbuceo Beto mientras agonizaba. 
Marcos lo miro enojado y no contesto. 
- ¿Qué estás haciendo? -pregunto Pocho. 
-No hay tiempo, junta lo que comimos y nos vamos –contesto Marcos. 
Pocho junto la comida y se acercó a la puerta. 
- ¿Me vas a decir que está pasando? 
-Cuando llegas a tu casa, tiras la ropa. ¿me entendiste? -dijo Marcos abriendo la puerta. 
Estos dos se fueron y cerraron la puerta.

martes, 14 de noviembre de 2017

Muñequitas de cristal

Era sábado por la tarde, la primavera ya se hacía presente, el sol comenzaba a calentar y las flores empezaban a florecer. Era un hermoso día, era uno de esos días para salir a pasear, para acostarse en el pasto de alguna plaza, para escuchar música en la vereda o tomar una cerveza fría. Pero mi día no era tan bello de cómo se veía por la ventana, no iba a ejecutar ninguno de esos planes, necesitaba estar encerrada, necesitaba acomodar mis ideas, mis pensamientos. Tarea difícil corregir la psiquis femenina, pero ese era mi plan para este hermoso sábado. 
Ya había pedido helado, crema americana y granizado eran mis únicos salvadores, en esta tarde depresiva. Cuando una mujer pide helado algo no está bien, es un signo más que notorio para comprender, que las cosas no están bien. Solo hay que respetar el momento y tratar de no hablar, porque puede ser más explosivo que una bomba molotov. Pero si al helado le sumamos, una jornada completa de Nicolas Spark ósea pelis románticas, hay una desilusión amorosa importante, un fracaso con respecto a cupido que no va a poder superar. Solamente quería acostarme en mi cama, comerme mi helado y disfrutar/llorar películas como: El diario de Noah, Un lugar donde refugiarse, Cuando te encuentre, El viaje más largo, Querido John, En nombre del amor. Ya estaba acostada en mi cama con el control en mi mano, con un paquete de pañuelos a un costado y en ese momento golpearon la puerta, Me levanté y abrí la puerta, era el delivery. 
- ¿Cuánto te debo? -pregunté yo. 
-Son ciento ochenta pesitos, linda –contesto el con una gran sonrisa. 
Agarré mi billetera y le di la plata. 
-Quédate con el vuelto. 
-Bueno gracias, linda –dijo el agarrando la plata- Ahora estoy libre, que te parece si vamos con mi motito y nos quedamos en una plaza. ¿Te va, linda? 
-Soy lesbiana, boludo –dije yo cerrándole la puerta en la cara. 
-No importa, no soy celoso. Soy muy open mai, vamos los tres, linda. 
Me acerqué por la ventana y con mi dedo índice, le hice fack you. El macho cabrío golpeado en su orgullo, se fue en su pedorra motito. 
-Hoy te convertís en héroe –le dije al pote de helado, mientras acomodaba la cama. En ese momento volvieron a tocar la puerta, me levanté de la cama y fui a abrir. 
-Hola hermosa –dijo un hombre vestido de bombero. 
-Hola... ¿nos conocemos? -pregunte yo sin comprender la situación. 
-No, pero ya nos vamos a conocer. 
-Si venís por una rifa, decime cuanto es y te pago –dije yo apoyada a la puerta. 
-No vengo por ninguna rifa, vengo por ti –dijo el bombero levantando las cejas. 
-Me parece que te estas confundiendo. 
-Soy Roberto "la manguera de plomo". Vos me contrataste para un servicio –dijo el bombero. 
- ¡Ah no!, es mi vecina. Ella es la pervertida –dije yo indicándole con la mano. 
Mi vecina, se acercó a la puerta con un sugerente atuendo. 
- ¡Roberto! 
-Disculpe la molestia, que tenga un buen día señora -dije el bombero yéndose para lo de mi vecina. 
Cerré la puerta y me quedé pensando. 
-Encima me dice, señora -dije yo agarrándome la cabeza- ¡Que buen día! 
Volví a la cama, el pote de helado estaba ahí solo esperándome, lo abrí y estaba medio derretido, me levante y lo guarde en el frezzer, Mientras volvía a la cama, me golpee el dedo chiquito contra un viejo cajón, con dolor lo agarre y lo puse en mi cama. Allí a dentro había muchas cosas, cosas muy viejas. Eran todos recuerdos, fotos, ropas, perfumes y almohadones. Levantando un par de libros, encontré en el fondo unas muñequitas, eran dos muñequitas de cristal, estaban llenas de polvo y tenían algunas telarañas. Las sople, se las quite y me quede mirándolas, enseguida me puse a llorar. Esas muñequitas las tenia de los dieciséis años, edad en la que mi vida cambio para siempre, en la que me marco para siempre. Hacia veinte años que no veía estas muñequitas, justó hoy aparecieron, en el día más triste de mi vida, ¿fue casualidad o causualidad? O quizás, el destino me estaría dando una señal. En ese momento golpearon la puerta, dejé las muñequitas en la cama y fui a abrir. 
- ¿Belén? -pregunte yo totalmente sorprendida. 
Belén parada en la puerta con su vestido de novia, me miro, sonrió y me dio un fuerte abrazo. 
- ¿Qué haces, acá? ¿Estas loca? -pregunte yo mientras la abrazaba. 
Belén se separó un segundo, sonrió con su gran sonrisa y me dio un beso. 
-Te amo, Belén Camila –dije yo mirándola a los ojos. 
-Te amo, Sofia Macarena –dijo Belén sonriendo. 
-Pero... ¿Qué paso? -pregunte yo. 
-Nada, solo escuche mi corazón, lo escuche por primera vez y le hice caso. 
-Y tu corazón, ¿Decía mi nombre? -pregunte yo. 
-Decía varios nombres y creo que decía tu nombre, pero no estoy segura –dijo Belén entre risas. 
-Que malvada –dije yo dándole un abrazo. 
Belén me siguió abrazando, giro su cabeza y miro la cama. 
- ¿Esas son las muñequitas? -pregunto Belén. 
Asentí con la cabeza, Belén se soltó de mí y tomo las muñequitas. 
-Son. Son las mismas –exclamo Belén. 
-Son las mismas, te acordas ¿no? -pregunte yo. 
-Como no me voy a acordar, teníamos dieciséis años, vos me la regalaste cuando falleció mi vieja –dijo Belén mirando la muñequita- El peor momento de mi vida. 
Me acerque a ella y le agarre la mano, en ese momento volvieron a golpear la puerta. 
-Es Fernando, tu papá -dije yo mirando por la ventana. 
- ¿En serio? -pregunto Belén. 
-Anda al baño -le pedí yo. 
Belén me dio un beso y se fue corriendo al baño. Me despeiné todo el pelo y abrí la puerta. 
-Hola Sofia –dijo Fernando. 
-Hola Fernando –dije yo. 
- ¿Estas bien? -pregunto Fernando. 
-Si, lo que pasa es que estoy con un chongo -contesté yo apoyada en la puerta. 
- ¿Sabes algo de Belén? 
-No, no. ¿Por qué? ¿Hoy no se casaba? 
-Si sabes algo, llámame –dijo Fernando yéndose. 
Asentí con la cabeza y cerré la puerta, Belén estaba riéndose desde la puerta del baño. 
- ¿De qué te reis? -pregunte yo. 
- ¿Un chongo? -repregunto Belén riéndose. 
Me cruce de brazos y me quede mirándola. 
- ¿Qué vamos hacer con tu viejo? -pregunte yo. 
-No me interesa tu viejo, yo te quiero a vos y quiero estar con vos. No me importa lo que piensan los demás –contesto Belén. 
-Pero...tengo miedo. 
Belén se acercó y apoyo sus manos sobre mis labios. 
-No digas eso, mucho tiempo esperamos este momento. Estas muñequitas fueron testigos del principio, del principio de nuestro amor. 
La escuché y agaché la cabeza, mirando al piso. 
-Siempre fuimos dos muñequitas de cristal, bailando en una cajita. Es el momento de salir y enfrentar la vida. 
-Tengo miedo de que se rompa –dije yo preocupada. 
-Si, se rompe, juntamos los pedacitos y lo arreglamos. 
Solo me quede mirándola, me había sacado una sonrisa. 
-No es de mala suerte, ¿ver a la novia? -pregunte yo sonriendo. 
- ¿Así voy a pasar mi noche de bodas? -repregunto Belén. 
-Tengo helado -contesté yo. 
Belén super feliz, vino corriendo y me beso.

sábado, 4 de noviembre de 2017

El paraiso

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Corrí las cortinas de la ventana de mi habitación y me quede observando, tenía una hermosa vista. El mar estaba quieto, estaba expectante, las olas eran leves, sabían y bajaban, luego volvían a la orilla como aquel perro que buscaba a su dueño y después se iba, en busca de una nueva aventura. Por la arena caminaba mi esposa Lucia. Lucy le decía yo. A la distancia le gritaba a Rocio, nuestra hija, cinco años tenía. Ella le indicaba hasta donde tenia que acercarse.
La casa la eligió ella, se enamoró instantáneamente de la vista. ¿Quién nunca soñó con vivir en la playa? A veces los sueños se cumplen, estar lejos de la gran ciudad era un privilegio, el ruido de los autos, las discusiones en la calle, el colegio de la nena, el trabajo, el estrés de todos los días y la maldita rutina. En cambio acá, era diferente. Mi despertador eran las olas, el olor de la arena y la vista, la inmensa vista, una hermosa y necesaria vista.Mucha gente me admiraba, los comentarios que recibía a menudo eran: “lo tenes todo”, “una mujer hermosa”, “un buen trabaja”, “sos millonario”, “una casa en la playa”, “un gran auto”, “lo tenes todo”. Ese último comentario resonaba en mi cabeza, ¿todo?, ¿Qué sería todo? Y la respuesta que recibía: “tenes plata, podes conseguir todo”. Pero existe un viejo dicho, puede resultar trillado, pero era la verdad: “ la plata no hace la felicidad”. Puedo tener mucha plata en el banco, pero…¿puedo tener la misma cantidad de felicidad?
Todo lo que tengo es porque lo soñé, una noche soñé que sería empresario y lo cumplí. Una noche soñé que invitaba a cenar a Lucy y le declaraba todo mi amor, y lo cumplí. Una noche soñé que con Lucy formábamos una familia y lo cumplí. Todo lo que soñé, todo lo que me propuse, lo cumplí. Quizás solo fue suerte.
Uno que mira desde afuera, puede pensar que soy el hombre mas feliz del mundo, mucha gente querría estar en mi lugar. Creo que disfrutaba mas de ver feliz a los que me rodeaban, pero yo no disfrutaba.
Cerré la cortina, fui al baño, abrí la canilla y espere que se llene la tina, solo quería acostarme en el agua y relajarme. La tina se lleno al tope, cerré la canilla y solo entré, volqué un poco de agua, Lucy se iba a enojar. Apoye mi cabeza en el respaldo y me dejé invadir por mi cerebro, por mis pensamientos. Fue una ducha extremadamente relajante, salí de la tina, agarré la toalla y me sequé. Fui caminando por la habitación y me acerqué a la ventana, corrí la cortina y me quede observando, ella estaba ahí. A pesar de que estaba lejos, la reconocí rápidamente, la reconocería entre un pueblo entero, a pesar de que tenga pocos recuerdos de ella.
Ya pasaron 34 años, no 35. La ultima vez que la vi, fue cuando tenía cinco años, la misma edad que ahora tiene Rocio. Estaba parada en la arena, estaba mirándome, estaba esperándome, estaba exactamente igual que la última vez que la vi. Su pelo oscuro con rulos, sus ojos celestes como el color del mar, sus pantalones Oxford y su remera negra.
Tenía una mezcla de sensaciones, estaba muy feliz, como no había estado en años, pero tenía miedo. Tenía miedo de que no me reconociera, tenía miedo de que se vaya, tenía miedo de no volverla a ver. Solo quería abrazarla. Mi hija se me acercó, me tomó de la mano, me miró y asintió con su cabecita, con sus ojos me dijo que lo haga. Ella me entendió y me comprendió, me agache, le di un abrazo y abrí la puerta, respiré profundo y me lancé a caminar. El sol me acompañó a mis espaldas.Ella seguía parada, mis lágrimas comenzaron a mojar la arena, no aguanté más y comencé a correr. Ella estaba sonriente, solo abrió sus brazos y nos fundimos en un cálido y necesario abrazo, toda de esa tristeza de aquella fatídica noche, se posó en una orilla y una ola se la llevó. Hoy era realmente feliz, después de muchos años volví a ser feliz. En sus brazos me sentía único, no pedía nada mas, solo abrazar a mi vieja, era lo único que quería. Estar con ella era como estar en el paraíso.

sábado, 28 de octubre de 2017

Entre los escombros


Solo quedaban las cenizas, las llamas evaporaron todo, no quedaba nada. Se destruyo todo. Los muebles que había mandado a hacer, mis cuadros de Elvis Presley, mi juego de copas, los libros de Gustavo Malejovich, las fotos, todas las fotos. Cuando era chiquito, el primer día de clases, las fotos con mis viejos y las fotos de mi casamiento. Solo quedaban los recuerdos. 
Estaba sentado en la vereda de enfrente a mi casa, estaba con una sábana sobre mis hombros, los médicos ya me habían revisado, aparentemente estaba todo bien. No podía salir de mi estado de shoock. 
Los policías me interrogaron por varios minutos, me hicieron varias preguntas, pero no recordaba mucho. Solo recordaba que estaba en mi habitación, chequeando emails, tenía bastante sueño, no había descansado mucho y tenía para un buen rato. Después comencé a sentir olor a gas, deduje que era Belén que estaba cocinando, cada vez que preparaba la comida se sentía olor a gas, entonces me quedé tranquilo y seguí trabajando. 
Solo tenía una duda, no me acordaba, si le dije la verdad o no a los oficiales. Era una persona muy mentirosa, mentía constantemente, era una salida rápida, quizás no soportaba la realidad o quizás no soportaba mi realidad. <<No hay mejor mentira que la realidad>>era una frase que Belén siempre me decía. A Belén le encantaba leer y le encantaba decir, todo ese tipo de frases rebuscadas o dichos de sobrecito de azúcar. 
Sali de mi oficina y comencé a toparme con la humareda, las llamas ya estaban avanzadas, no se veía nada. Grite para llamarla, pero nadie contesto, intente acercarme a la cocina, pero comenzaron a derribarse las paredes. Enseguida me choque con un bombero, le pedí por favor que vaya a buscarla, entró otro bombero y me llevo hacia afuera, allí espere expectante que la sacaran. Los segundos pasaban y los minutos volaban, solo esperaba verla salir por la puerta, pero no había ningún movimiento, a los lejos se divisó una sombra, era un bombero. Salió con Belén en sus brazos y rápidamente la llevaron a la parte trasera de la ambulancia, alcance a verla, su rostro estaba todo quemado. Los oficiales no me dejaron acercarme, intentaron reanimarla varias veces, uno de los médicos movió su cabeza dándose por vencido, indicándole que ya no había nada que hacer, otro anoto la hora y el otro le tapo su rostro. Me alejé de la ambulancia, me senté en la vereda y se acercó un oficial a darme el pésame. 
Mis mentiras fueron desgastando la relación, los dos sabíamos que no estábamos bien, hace rato que estábamos mal, pero ninguno se animaba a tomar la decisión. Yo estaba encerrado en mis trabajos, en mi oficina y ella estaba metida en este nuevo mundo de la espiritualidad, yoga y los libros de auto ayuda. La situación que detono todo esto, fue la pérdida de un embarazo, tenía cinco meses, iba a ser una nena, Lucila se iba a llamar.  Creo que después de ese momento comencé a mentir compulsivamente, como sobrevive uno a una situación así, es imposible. Nadie te prepara para esto. 
Pero... ¿Porque mentía tanto?, yo no era así. Soy consciente de que no llevaba la vida que quería, mis sueños habían quedado lejos, pero ella, ella también mentía. La descubrí, cuando nos enteramos que íbamos a ser padres, ella prometió que iba a dejar de fumar, era una promesa. Una noche salí de mi oficina, quería tomar un poco de agua, cuando abrí la puerta me invadió el olor a humo, me acerqué a la cocina y la vi, estaba fumando. Había mentido. Estaba seguro de que iba a ser una consecuencia grave para el embarazo, entonces se lo pregunte y me mintió, me mintió mirándome a los ojos. 
Seguía sentado en la vereda, sin entender nada. El dolor comenzó a florecer, la tristeza me invadió, las lágrimas comenzaron a apagar el calor de mi cuerpo, por más que no estábamos en nuestro mejor momento, era una pérdida irreparable. Abajo de esos escombros, había quedado el amor de mi vida, aquella mujer que más amé, aquella mujer que conocí en el primer día de facultad, fue amor a primera vista. Sus ojos marrones, su pelo negro alisado, sus manos dulces y su nariz repingada.  
La vida puede ser muy sorprendente, anoche estaba en mi oficina, en mi casa trabajando y ahora...estoy sentado en la vereda de enfrente de la que, una vez fue mi casa, la mujer que amaba ya no estaba. Ayer tenía todo y hoy no tengo nada. 
El principal sospechoso era yo, una de las principales hipótesis era que un cigarrillo, había sido la causante del incendio, pero yo no había fumado. Tenía ganas de fumar, pero no tenía más cigarrillos, entonces no fume y eso lo recordaba bien. Un oficial paso por enfrente mío con una bolsa en sus manos, allí adentro había ropa y debajo de todo, los vi. Estaban sus cigarrillos, me di cuenta que eran los suyos porque eran mentolados, era evidente que había fumado otra vez. Pero, ¿Por qué?, mi cabeza se llenó de dudas y de viejos interrogantes, ¿Por qué quería hacerse daño? ¿El bebé era mío? ¿Por qué mentía? 
Me levante y me acerque a lo que quedaba de la casa, solo eran pedazos de barrotes y madera quemada. Cada paso que daba era un nuevo pensamiento, yo tenía la certeza, pero no la confirmación, era muy mentirosa, no podía creerle nada. Ese hijo no era mío y yo lo sabía. 
A lo lejos vi un pedazo de tela, tenía unas flores, me agache y lo agarre. Era el de Belén, cada vez que cocinaba usaba ese camisolín, debajo del había un papelito, lo levanté y lo leí. <<Por lo que tiene de fuego, suele apagarse el amor>>, sonreí y moví la cabeza, di vuelta el papel y había otro mensaje. <<Si algo he aprendido en esta vida, es que la mentira siempre se pone a encontrar de quien la inventa>> 

lunes, 16 de octubre de 2017

El mounstro


La noche es más oscura antes del amanecer y más terrorrifica, antes de el primer brillo del sol. La maldad aparecé entre las tinieblas y se apodera de todos, de dia desaparece, solo para descanzar. Los mounstros pueden vivir entre nosotros, puede ser un vecino, un familiar o un viejo amigo, los mounstros no vienen del cielo, solo caminan a nuestras espaldas.
La noche estaba tranquila, bastante silenciosa, no volaba ni una hoja, no habia nadie en la calle. Estaba en su habitación, solo estaba mirándola, ella estaba inquiéta y temblorosa. Me acerqué y le quité la venda de los ojos, ella apretó los ojos y los abrío, me miró con esos ojitos verdes, totalmente asustada.
-No, no, tranquila -dijo yo- ¿Son las quemaduras?
Ella me miró muy nerviosa.
-Tranquila, tranquila, sh -dije acariciándole la megilla- Al principio dan miedo, pero después te acostumbras, es solo el primer momento.
Ella corrió la cara muy asustada.
-Tengo una sorpresa para vos, un regalo -dije yo.
Ella me miró y no dijo nada. Me acerqué, le corrí la silla y me fuí hacia un costado, donde habia una especie de sabana, la cual cubria un mural.
-Éste es mi regalo -dije quitando la sabana.
Ella se quedó totalmente sorprendida al ver todas sus fotos.
-Ves, tengo todas tus fotos. De día, de noche, de mañana, de tarde. A la salida del trabajo, de fiesta y en tu casa, linda casa -dije yo sentado cerca de la silla de ella.
-¿Por qué tenes todas mis fotos? -pregunto ella.
-Ah, ya extrañaba tu voz -dije yo sacando la lengua.
-¿Quien sos? -pregunto ella.
-¿No te acórdas de mi? -pregunté acariciandole la pierna.
Ella negó con la cabeza.
-Camila, Camila -dije yo poniendome enfrente de ella- Miráme bien.
Camila me miró y negó con la cabeza.
-Vamos hacer un breve repaso -dije levantandome del piso- La escuela, ¿te acordas? un chico que todos cargaban.
Camila me miró y no contestó.
-Ezequiel Casero, ¿te suena? -pregunté sacando la lengua.
Camila muy asustada, negó con la cabeza.
-Ah, ya se, ya se. Esto te va hacer recordar -dije yo hablandole al oido- El mounstro, el mounstro.
-No puede ser -dijo Camila sorprendida.
-Si, te acordaste, vamos, vamos. Es el día mas feliz de mi vida -dijo el mounstro sentandose encima de ella.
Camila lo miro y se puso a llorar.
-No, no, no llores. No te voy a hacer nada -dijé sacando la lengua- Pero vos, me trataste muy mal, muy mal me trataste. ¿Te acordas?
-Perdón -dijo Camila con la vos entre cortada.
-Yo soy bueno y te perdono, pero me lastimaron mucho. Vos y Martin me pusieron el apodo, "el mounstro" -dije yo.
-Lo siento -dijo Camila.
-Martin Davin, el chico lindo, el mas popular. El era malo, me cargaba mucho, se burlaba de mi espalda encorvada, de mis quemaduras y de mi cara -dijo el mounstro sacando la lengua.
-Te pido perdón, pensamos que no te haria tanto daño -dijo Camila.
-A vos te perdono, a el no. Aparte siempre lo quiziste a el, siempre lo buscabas -dije yo.
-Estaba enamorada -dijo Camila.
-Y si, era el chico lindo de todo el colegio. Pero el andaba con muchas, no te queria solo a vos. Yo en cambio, si.
Camila lo miro y no contesto.
-Martin se reiba mucho de mi, se reia de mi joroba, de mi caminar pausado y de mi quemaduras -volvi a repetir mientras me rascaba la cabeza.
-El no es malo, eramos chicos -dijo Camila
-¡NO LO DEFIENDAS! -grité golpeando la pared.
Camila cerro los ojos bien fuerte, creyendo de que la iba a lastimar.
-No, no, no. Tranquila, no te pongas asi. Yo jamas te haria daño -dijo el mounstro dandole un abrazo.
Camila respiro profundamente y no contestó.
-Me acuerdo cuando te invite al baile conmigo, vos y Martin se burlaron. La bella y la bestia, dijeron -dije yo apoyado a la pared.
Camila lo miro y no contestó.
-Como la chica mas linda, se iba a enamorar del chico mas feo. ¿Por que la princesa se enamoraria de la bestia?, solo en los cuentos ocurre. Pero tenias que elegir a Martin, sin importar que te engañe y en cambio, el mounstro te amaria, perdon te ama para el resto de tu vida y jamas te engañaria.
-Lo siento -dijo Camila.
-Ya es tarde para arrepentirse -dije sacando el revolver de un cajon.
-¿Que me vas hacer? No me lastimes -dijo Camila suplicando.
-No, no te asustes. Esto lo tengo por las dudas -dijo el mounstro- Tengo otro regalo.
Camila respiro aliviada y asintio con la cabeza.
-Te compré un anillo, mirá que lindo que es. Nos vamos a casar -dije muy contento- ¿Vos queres?
Camila asintio con la cabeza, mientras lloraba.
-Yo ya tengo el mio, dame la mano -dije yo agachandome delante de ella- Perdon tengo que desatarte, primero.
Con un cuchillo la desaté y luego le coloque el anillo, Camila tenia las manos muy temblorosas.
-Puede besar a la novia -dijo el monstro acercandose hacia su boca.
Camila le corrio la boca, negandole el beso.
-Otra vez, me negas. Otra vez, la historia se repite -dije agarrando el revolver.
-¡NO! ¡Por favor! -pidio Camila desesperada.
-¿No se, si dispararte en la cabeza o en la panza? -pregunté cargando las balas- En la cabeza, no. Moririas en el instante, en la panza puede ser. Sabes como me dolia la panza cada vez que me cargaban.
Camila nego con la cabeza, reiteradas veces.
 Me tapé los ojos y comencé a mover el revolver de un lado, hacia otro. Finalmente un disparo salio e impacto en el abdomen de Camila, esta ultima se cayo para atras.
-¡NO! ¡NO! QUE HICE -grité acercandose donde estaba ella- ¿Estas bien?
Camila estaba agonizando.
-Perdoname, fue sin querer -dijé yo acostandome al lado suyo, con el revolver en mi mano.
Camila no podia respirar y me miraba pidiendole ayuda. Solamente la abrazé.
-Hasta que la muerte nos separe -dijé disparandome en la cabeza.

jueves, 28 de septiembre de 2017

El vestido rojo

Estaba en el baño de la habitacion, hace un rato habiamos vuelto de cenar, todos los jueves ibamos a comer. Era un excelente restaurante y es necesario romper con la rutina, es necesario para que el matrimonio no se desgate.
En la cama me estaba esperando, ella tenia puesto un vestido blanco. Yo no me sentia bien, me sentia raro, habia algo dando vueltas en mi cabeza, habia algo que me estaba rondando en la mente, eso me impedia pensar, me impedia concentrarme. Era una imagen, una mirada, concretamente una sonrisa.
El jueves pasado habiamos ido a comer, como todos los jueves. Me ausente un segundo porque fui al baño, cuando sali desde lejos vi algo raro, en nuestra mesa habia un hombre junto a mi esposa, un hombre alto de buena contextura, pelo rubio y ojos verdes. Era un hombre que cualquier mujer se enamoria, yo me quede escondido sobre una columna, desde alli me quede observando.
Ella estaba con su vestido rojo y charlaba con ese hombre extraño, seria un viejo amigo de la escuela, un compañero nuvo o un primo lejano. Este hombre llevaba entre sus manos un libro, lo habrio y guardo un papel. Ella lo miraba y le seguia la charla, el le dejo el libro y se fue, ella le acaricio la mano y giro sobre sus hombre para ver como se iba, con una enorme sonrisa en su rostro. Una sonrisa que decia mucho, una sonrisa que indicaba que se conocian, una sonrisa que denotaba felicidad, una sonrisa de cierta cotidianeidad, de confianza.
Me lave la cara y me mire al espejo, el espejo me reflejo una imagen, su sonrisa. Otra vez me moje la cara y me volvi a mirar, tenia los ojos hinchados, cara de cansado, no estaba bien. Habia pasado dias muy malos, hice millones de conjecturas, millones de hipotesis, tenia demasiadas sospechas y nada concreto, me estaba volviendo loco. Pero... ¿porque me engñaria? hace siete años que estamos casados y estabamos muy bien, seguramente serian pensamientos mios.
Sali del baño, ella seguia acostada en la cama, estaba leyendo un libro. Me quede observando el libro, hice foco en el mismo, era el mismo libro que tenia ese hombre. La misma tapa dura, la portada de color verde y con unas flores abajos.
Entre lentamente a la cama, con mi mano derecha acaricie su pierna, me fui acercando cada vez mas hasta llegar a su boca. Con mi mano derecha le quite el libro, ella me miro y me sonrio, sonrio de la misma forma que le habia sonreido a el y su sonrisa, no se iba de su rostro. Enseguida me baje de la cama, ella agarro el libro y retomo con su lectura, yo me quede junto a la mesa alli estaba la botella de champange, bebi un poco y en mi mente aparecia y desaparecia, la imagen de su sonrisa. Mis sospechas comenzaron a concretarse, esto ya no era producto de mi mente, esto ya era real y lo estaba viendo.
Ella puso su nariz sobre el libro y olio su perfume, corrio las paginas como si estuviese acariciandolo, su sonrisa segui latente, ella deseaba que este el en mi lugar. Comence a enojarme y la ira, la furia se apodero de mi. Rompi la botella de bronca, ella nisiquiera se dio vuelta para ver que es lo que habia ocurrido, ella seguia con el libro, ella estaba en su mundo. Me acerque con mucha ira y con parte de la botella, le corte la garganta la sangre salpico sobre mi rostro y lentamente fue cubriendo todo su cuerpo, su vestido blanco se fue tiñendo de rojo. Agarre su libro y en la primera pagina, habia anotado un numero con un mensaje que decia llamame. En ese momento sono su celular, lo agarre y era un mensaje.
-Por fin me agregaste.
-Quiero verte.
-Y que estes con ese vestido rojo, que me vuelve loco.
Todas mis sospechas, mis conjecturas, mis hipotesis, se transformaron en realidad, se transformaron en verdad. Agarre el celular y le conteste.
-Yo tambien tengo ganas de verte.
-Veni hoy que estoy sola.
-Estoy con mi vestido rojo

entre tus piernas


Hay miradas que son imposibles de olvidar, dicen que una imagen vale mas que mil palabras. En mi mente, quedo impregnada la imagen de la primera vez que la vi, estaba sentado en la barra del bar y la vi ingresar, tenia un vestido negro y llevaba unos tacos altos. Pero lo primero que vi, no fueron sus ojos, fueron sus piernas. Eran increiblemente hermosas, eran unas piernas bien largas, seguramente era modelo. Nunca habia visto unas piernas asi, estaban bronceadas y tenian un caminar espectacular.
Ella paso por al lado mio, yo la mire y le dije: -¿A que hora abren esas piernas?. Fue lo mas estupido que podia decir, un piropo cursi, antiguo y trillado. Ella me miro y me sonrio, seguramente por compromiso o quizas porque le gusto, no fue un piropo zarpado, ni burdo, ni grotesco. Fue un piropo sencillo, yo diria inocente.
Muchas veces, nos pasamos la vida buscando la felicidad y casi siempre encontramos la falsa felicidad o la felicidad momentanea, esporadica. Una mujer, una botella de alchool, un plato de comida, una canicon, un juego, un deporte, bailar o el humo de ese cigarrillo. Son diferentes cosas que para el comun denominador de la gente, pueden producir felicidad. Tratar de estar con la mujer mas linda, para que los otros creean que estoy feliz, beber la mayor cantidad de alchool para demostrar estar feliz. Son axiomas prestablecidos por la sociedad, las cuales indicarian o demostrarian que uno, esta feliz.
A veces sin buscarlo, sin darnos cuenta, encontramos la felicidad en la pequeñas cosas, en las cosas que estan constantementes con nosotros, las cosas cotidianas. A mi lo que mayor felicidad me genera es acostarme entre sus piernas, alli me quedaba mientras me acariciabas el pelo, instantaneamente se me erizaba la piel y me teletransportaba a otro mundo, mientras sus manos recorrian mi pelo, la comisuras de mi boca se estiraban produciendo una enorme sonrisa. Ese era mi habitad, mi lugar en el mundo, era dichoso de ser la unica persona que se acuste entre sus piernas y poder disfrutarlas, era un priveligiado.
Por la noche siempre nos acostabamos en la cama, en esa misma cama donde lo creamos, donde dimos rienda suelta a nuestra pasion, a nuestro amor y despues me quedaba acostado, entre sus piernas. Pero esta vez ya no estaba solo, llego el momento de compartir. Luego de apoyar mi cabeza en su panza y escuchar sus pataditas, me recostaba sobre sus piernas. Las caricias continuaban y mi mente se llenaba de imagines, tratando de descifrar como seria mi bebe, el momento que diga papi o el moemento que de sus primeros pasos.
Ahora nos acostabamos los dos entre sus piernas, las caricias eran repartidas cada uno tenia que esperar su momento, yo ya no era el rey. Despues de la caricias nos poniamos a jugar, el me miraba con esa carita de perdido y yo lo miraba y me emocionaba, las lagrimas recorrian mi rostro como aquel camino que uno concoce de memoria y las lagrimas, caian en esa sabana de lunares que ella habia comprado.
¿Por que lo bueno dura poco? ¿Por que la felicidad no es eterna? fueron varias noches sin dormir, fueron varias noches de incertidumbre, de escuchar varios diagnostiscos, de escuchar varios medicos, de escuchar opiniones y de escuchar consejos. Fueron los peores momentos, los momentos mas dolorosos de mi vida. ¿Si estaba todo bien? ¿Que hicimos mal?
Otra vez estaba yo solo, otra vez era el rey, pero ya no era lo mismo, ya estaba decidido a compartir. Las caricias seguian, pero no eran iguales, eran frias, desganadas y temblorosas, ya nada era lo mismo. Ninguno de los dos estaba en esa habitacion, en esa cama, solo quedaron nuestros cuerpos, nuestra alma y nuestro espiritu se fue con el. Nuestra cama habia quedado vacia, solo quedaban los recuerdos y si algo tengo en claro, si algo aprendi, es que encontre la felicidad. Acostado en esa cama fui feliz, fui feliz con la mujer que amo y fui feliz con el, todavia siento su palma sobre mi mano, su mirada perdida, cierro los ojos y te veo y me emociono y las lagrimas siguen cayendo, en el mismo lunar.
Yo encontre la felicidad, encontramos la felicidad, fuimos felices entre tus piernas

martes, 15 de agosto de 2017

EL DIABLO

Estaba sentado en mi silla de madera, la luz de la habitacion estaba apagada, enfrente mio estaba sentada ella. Me levante y tire de la soga para encender la luz, la lampara tambaleo de un lado hacia otro. Me acerque a ella, le quite la cinta adesiva de la boca, le di de tomar un poco de agua y ella me la escupio toda en la cara.
-Sos ruda -dijo el secandose la cara.
-No te tengo miedo -dijo ella enojada.
-No es mi intencion, que me tengas miedo.
-No me interesa que seas famoso.
El se rio alocadamente, dejo el vaso y se sento.
-No me interesa la fama, ¿que es la fama?
-No me importa que hayas matado a muchas personas.
-Eso es lo que me gusta de vos -dijo el limpiando su navaja.
Ella lo miro y no contesto.
-Sos valiente.
-No me dan miedo los cagones, hijo de puta como vos.
El la miro, volvio a reirse y con su silla se puso mas cerca.
-¿Sabes porque me dicen el diablo? -pregunto el agarrandole la boca.
Ella nego con la cabeza.
-Mirame los ojos -pregunto el señalandole sus ojos- ¿Te dan miedo?
-Ya te dije, no te tengo miedo -contesto ella mirandole los ojos.
-Cuando tenia ocho años me apuñalaron los dos ojos, enseguida los ojos se me llenaron de sangre por eso tengo este color, gracias a dios o el diablo, no perdi la vista -dijo el- ¿Que hacias vos cuando tenias ocho años?
-Seguramente estaba en mi casa, estudiando y jugando. No matando a inocentes -contesto ella.
-Algunos no tenemos la suerte de elegir, algunos solo tenemos que actuar, algunos tenemos que sobrevivir.
-Por eso a tus victimas, ¿le apuñalas los ojos? -pregunto ella.
-Se ve que me tenes bien estudiado.
-Me informo, para que el dia  que me encuentre a la gente de mierda como vos, no le tenga piedad.
-Sos brava. Sos rebelde., mejor dicho -dijo el sonriente.
-Soy justa, los hijo de puta no me caben.
-Tu problema es que no sos maleducada, sos mal aprendida. Porque tu viejo con toda la plata que tiene, te habra pagado la mejor escuela.
Ella lo miro y no contesto. El se levanto dio una vuelta y se apoyo en el respaldo de su silla.
-¿Vos crees en dios o en el diablo? -pregunto el.
-Yo soy caotolica, creo en dios -contesto ella.
-Pero pecas mucho, ¿dios te lo va a perdonar?
-A veces tengo permitido pecar, mas sabiendo con la clase de basura que tengo en frente. Dios juzga toda.
El sonrio y se volvio a sentar.
-Vez que todos somos permeables, todos tenemos la posibilidad de cambiar. Yo diria de modificar, la situacion y contexto nos modifica. Las situaciones limites nos definen.
-Espero que te mueras en el infierno -suplico ella.
-Del infierno vine, quizas se me abran las puertas del cielo. ¿Quizas vos vallas al infierno?
Ella lo miro y le escupio la cara. El se quito la saliba de su rostro con la navaja, movio su mano tirando la saliba al piso. Se acerco y le paso la naveja por su rostro.
-¿Vos crees que me gusta hacer esto?
Ella agacho la cabeza y no contesto.
-¿Crees que me gusta la fama que tengo? A mi no me gusta verme en la tele, leerme en un diario, fue mi unica solucion. No todos tenemos las mismas herramientas.
-¿Por que no me matas? -pregunto ella.
-No puedo, con vos es diferente.
Ella lo miro y le sonrio.
-Hay algo que me atrapa de vos, no es tu belleza, no es tu sonrisa. Tu cabeza, tu espiritu me atrapa.
-¿Y que me vas hacer? -pregunto ella.
-Te voy a soltar -dijo el. Este ultimo se levanto de su silla, con su navaja corto la soga y se sento en su silla.
Ella respiro aliviada y se toco sus muñecas.
-¿Me la prestas? -pregunto ella.
-¿Que? ¿la navaja? -pregunto el sorprendido.
Ella asintio con la cabeza.
-Toma, cuidado -dijo el con una gran sonrisa.
Ella la agarro, la observo y la fue moviendo con su mano.
-¿Que sentis? -pregunto el.
-Poder -contesto ella.
-¿Adrenalina? -pregunto el.
-Si, mucha. A veceses las chicas de mi mundo, no podemos correr ciertos riesgos o corromper las reglas -contesto ella.
El se levanto y apago la luz, al cabo de unos minutos encendio la luz.
-¿Que hiciste? -pregunto el mirandola.
Ella se habia apuñalado los dos ojos, mientras sonreia, la sangre recorria todo su rostro

domingo, 23 de julio de 2017

El vinilo


"Y otro crimen quedara, sin resolver"
Me habia comprado un vinilo de Gustavo Ceratti, era una edicion especial, muy pocos sabian de su existencia. Me costo muchisimo conseguirla, fue dificil a encontrar a alguien que la venda, pero en esta nueva epoca de la internet, todo se hace mas facil. Lo saque de su envoltorio y lo coloque, las canciones comenzaron a sonar. La generacion del internet se llevo puesto varias cosas, reciclo y tiro a la basura otras, pero el sonido del vinilo era inigualable, bajo ningun punto se lo puede comparar con el cd.
Gustavo cerati era mi cantante preferido, para mi el mejor. Su voz, sus letras, su melodia, eran lo mejor que habia escuchado. Es una lastima que las personas buenas, talentosas, como Gustavo, se vayan de esta forma, pero el logro algo increible, el trasposo las fronteras, el se convirtio en un dios. Su musica, sus canciones van a seguir siendo escuchadas, no importa la edad o de que generacion sea, su talento va a perdurar para siempre. Mientras su cuerpo descanza, su voz se va a seguir escuchando.
La musica tiene esa cosa magica que nos mantiene encantados, un hechizo que nos mantiene hipnotizado, pero mas que un hechizo, es un poder. Un poder demasiado poderoso, la musica puede lograr cosas que nadie ni nadie, puedo lograr. Ni el truco de magia mas impactante, ni el hechizo magico mas poderoso, nada puede igualar el efecto que produce la musica.
Las canciones son historias narradas por personas que atraves de su dulce voz y acompañados por un grupo de musicos, nos intentan teletransportar a un mundo desconocido, un mundo creado por nuestro inconciente. En el cual nos subimos a un tren y somos simplemente pasajeros, dispuestos a disfrutar, por momentos tenemos la necesidad de bailar otra veces de cantar, algunas de llorar y a veces se despierta nuestro libido interno y puede ser mas estimulante y mas placentero que un orgasmo. Pero muchas veces sirve para volver a un momento o situacion determinada y muchas veces, para recordar algo o alguien.
Siempre que escuhaba musica, siempre que escuhaba a Ceretti me llevaba al mismo lugar, como si estuviese programado, siempre bajaba en el mismo lugar, siempre me encontraba con la misma persona, siempre me encontraba con Federico. Era el amor de mi vida, es el amor de mi vida y lo va seguir siendo por el resto de mi vida, lo supe desde el primer momento que lo vi, sus ojos color miel, sus pecas por todo su rostro, su pelo rubio...su sonrisa.
Todo lo que hize por el, seguramente no lo hizo nadie y seguramente, nadie lo hara. A veces no sirve darlo todo, a veces no solo basta con demostrarlo. Un dia se fue, un dia me dejo sin ningun motivo, un dia no volvio mas. Yo solo le entregue mi corazon y el me dejo, se fue con otra mujer, olvidandose de todo lo que hize por el. Yo lo amaba con todo mi corazon, nunca pude superar que me haya dejado, nunca volvi a ser feliz, nunca entendi porque se fue. Solo pensaba y recordaba, intentaba buscar cual habia sido el motivo, yo lo ame desde el primer dia. El logro que me sucedan cosas que nunca me habian sucedido, me volvi completamente celosa, no podia verlo cerca de otra mujer, me molestaba que se junte con sus amigos, no toleraba escuchar sus historias con otras mujeres. Era tanto el amor que sentia que poco a poco y sin darme cuenta, se fue transformando en obsesion, el era mio y si no era mio, no seria de nadie mas, si yo no lo podia amar, ninguna otra mujer lo podria hacer.
Mil veces lo persegui, tenia calculados sus movimientos, mil veces lo llame por las madrugadas, el me contestaba y yo no decia nada, solamente queria escuchar el tono de su voz, era mi melodia preferida. Mil veces le mandaba mensajes, el me respondia, pero yo nunca le contestaba, solo queria leer sus letras y pensar que era una cancion que me habia compuesto.
Solo me habia dejado con mi vinilo, acostada en la cama, todos los dias lo recordaba. Las canciones pasaban y pasaban, pero el disco siempre se trababa, siempre volvia al mismo tema, no se porque pero siempre volvia, esa cancion se metio tan a dentro mio, la sentia parte de mi vida, seria por su melodia o por su letra. Pero era algo especial, algo tenia que ver conmigo.
Me quede mirandolo, no podia dejarlo de observarlo, seguia acostado en el piso, estaba tiezo. Sus megillas estaban frias, todo su cuerpo estaba frio, sus ojos color miel seguian siendo tan lindos, tenia la mirada pedida, estaba mirando a la nada. Sus manos tambien estaban frias, estaban inmoviles, solo le toque sus manos, era una de las partes que mas me gustaban de el. La sangre se habia exparcido a su costado, la musica seguia sonando, solo me acoste al lado suyo, solo apoye mi mano sobre su mano y esa maldita cancion volvio a repetirse.
"Y otro crimen quedara, sin resolver"

miércoles, 19 de julio de 2017

UNA BOTELLA Y UN REVOLVER


Estaba sentado junto a una mesita de madera, estaba en un hotel. Era la habitacion numero cuarenta, era el ultimo piso del hotel. En la mesita habia una botella de ron de un litro, no era el momento, ni el lugar indicado para disfrutar de un añejo, solo lo tenia para tomar valentia. Al lado del ron, tenia un revolver. Una Ruger Redhawk, junto a ella dos balas.
Abri la botella y bebi un sorbo, en frente mio estaba el. La persona que me quito todo, que me arruino la vida y la iba a pagar. Cerre la botella y lo volvio a mirar, seguia atado a la silla con la boca tapada, simplemente pense: "que carajo hago aca". Me agarre la cabeza, cerre la botella y volvio a penar: "que carajo hago aca"
Me levante de la silla y le saque la cinta de la boca, se quedo mirando para abajo, totalmente agitado. Me volvi a sentar.
-Agua...un poco de agua –dijo el mirando para el piso.
-No.
-¿Dame de eso que tenes ahí? -pidio el señalado el ron.
Me levante de la silla y me acerque.
-¿Vos te pensas que estas en condiciones de pedir?
-¿Por qué no me matas? -grito el.
Agarre el revolver, agarre las dos balas, la primera se me cayo, la deje en el piso. La segunda logre ponerla, cerre la ruedita y fui hacia donde estaba el. Apoye el revolver en su cabeza, la mano me temblaba demasiado, las gotas de transpiracion, caian y caian. Intente disparar pero no pude. Volvi a sentarme, abri la botella y le di un sorbo largo. Me seque la boca y cerre la botella.
-Vos no estas preparado para esto –dijo el.
-Callate, por favor.
Era dificil concentrarse, mil cosas pasaban por mi cabeza. Solo pense en mi vieja, que pensaria si me viera encerrado en esta habitacion con un revolver en la mano. ¿Porque un hombre comun tenia que pasar por esta situacion?, enseguida mire al frente y encontre la respuesta.
-Escuchame, yo tengo una familia. Una bebe de 2 años.
-Y yo tenia un nene de10, ¿te acordas?. Emanuel, se llamaba.
-Me equivoque, estaba re drogado. Necesitaba la plata.
-Porque un nene de diez años tiene mucha plata. ¿Y te asustaste y le disparaste?
-Te pido perdon, fue un error.
Bebi un sorbo de ron y me volvi a acercar.
-¿Vos sabes que me arruinaste la vida? Yo me levantaba a las siete de la mañana, Emanuel seguia durmiendo. Al mediodia volvia para almorzar, Emanuel se iba al colegio. A las dos volvia al trabajo, a las seis salia del trabajo, merendaba con Ema y a las siete de la noche, lo llevaba al futbol. Asi todo el dia
-Matarme no va a devolverte a tu hijo.
-Dejarte con vida, tampoco.
Volvi a sentarme, el celular no paraba de vibrarme, lo saque y era mi mujer. Ya tenia doce llamadas perdidas, debia estar muy preocupada. Deje el celular en la mesita y no conteste.
-Escuchame, escuchame una cosita. ¿Por qué no le apuntas a los verdaderos responsables?
Estaba bastante nervioso, mis pies no paraban de repiquetear.
-¿Qué decis?
-Apuntale a los responsables, a mi la policia me atrapo, estuve una semana guardado. El poli me abrio la puerta y me dejo salir.
-Monteseirin.
-¿Es el poli?
-Es el que me prometio que iba a ver justicia.
-Por eso, soltame. Voy a matarlo, vos no estas preparado.
-Tenes razon.
-Soltame y voy hacer justicia.
-No me vas a enroscar en tus jueguitos. El primer responsable sos vos, el que disparo fuiste vos. Despues viene la policia.
-Entonces matame –pidio el.
Me sente otra vez, segui tomando y el celular siguio sonando. Me estaba volvendo loco, me arrodille en el piso y comenze a gritar.
-¿Nunca usaste un revolver? -me pregunto.
-No, jamas use una. Ni siquiera dispare.
-Dame el arma a mi, yo me disparo. No te incriminan por mi muerte y vas a conseguir lo que querias.
-No, yo tengo que terminar con esto.
Volvi a sentarme, me recoste sobre el respaldo, mi cabeza se apoyo en la pared. Por un momento pude estar un poco tranquilo, cerre mis ojos y me deje invadir por mis pensamientos. Estaba oscuro y vacio, habia mucho silencio, el lugar me parecia conocido. En mi bolsillo tenia un revolver, en el piso habia una botella tirada, la reconoci, era de ron. Dispare el arma y la bala nunca sali, estaba descargada. Segui caminando todo estaba oscuro, pero me resultaba familiar, a los lejos habia un nene caminando. Quize llamarlo, pero no me dio bola, camine hacie el y comenzo a correr.
Estaba decidido se lo podia ver en su mirada, esa mirada que contenia una mezcla de ira y de tristeza, mas de tristeza. Pero estaba decidido, esa mueca en su rostro no la habia mostrado en toda la noche, parece que algo lo hizo convencerse de que era necesario y que lo tenia que hacer. No habia que perder mas tiempo, ya habia tomado la decision.
Un disparo se oyó, la bala evidentemente salio, el humo comenzo a expandirse por el aire y la sangre inundo toda la habitacion. El arma cayo al piso, al mismo tiempo que su cuerpo, luego cayo la botella. Se le podian ver sus ojos, todavia estaba decidido, estaba seguro que habia tomada la mejor decision, estaba agonizando. Su mano derecha se movio por impulso, tenia la misma cara que su hijo.

lunes, 17 de julio de 2017

El fantasma de mis recuerdos


Recuerdo: imagen del pasado que se tiene en la memoria. Me acordaba porque mil veces habia lei, esta definicion. Tambien podria ser: lo que sirve para recordar algo o alguien.
La vida esta compuesta por momentos lindos y moemntos feos, por recuerdos lindos y recuerdos feos. Siempre estamos divididos, lindos o feos, altos o bajos, buenos y malos. Si crees en dios o no, estamos todos divididos, llevamos etiquetas invisibles que nos describen. Solo nos quedan los recuerdos, estamos hechos de recuerdos. ¿Pero la memoria puede almacenar todos los recuerdos?, yo por ejemplo no recordaba cosas de mi infancia, absolutamente nada. La explicacion de esto, es que cuando crecemos perdemos los recuerdos de cuando eramos pequeños, debido a que la produccion de las neuronas era muy alta en edades tempranas. si, me gusta investigar todo lo que no se.
Me levante de la cama y cerre la ventana, esta se habia cerrado producto del viento, habia un fuerte viento, era posible que haya tormenta. Volvi a la cama, no me podia dormir, era una persona que pensaba mucho y recordaba en demasia. Mi mente se inundaba de recuerdos, pero quien puede olvidarse de su primer beso, yo lo recordaba muy bien. Fue una noche en la casa de un amigo, nos habiamos juntado a comer. Yo tenia trece años, nos pusimos a jugar a la botellita, yo estaba muy nervioso. La botella comenzo a girar, dio vueltas y vueltas, se detuvo a mi lado, todos comenzaron a gritar, la parte de atras se detuvo en Natalia. Si dios existe, escucho mis suplicas, deseaba profundamente que me toque con Natalia, estaba totalmente enamorado de ella. Me quede paralizado por unos segundos y por la insistencia de mis amigos, me levante y no fue por valentia. Ella me estaba esperando, sonreia de nervios, yo estaba mas nervioso. Me acerque lentamente, cerre los ojos y solamente la bese, esa imagen quedo guardada en mi memoria. Desde ese dia supe que era el amor de mi vida y quien puede olvidarse del amor de su vida.
Yo no sabía, si esa vez fue dios quien me ayudo o solo fue pura casualidad o un guiño del destino. Siempre fui muy curioso y me gustaba investigar, ¿dios existe? Es una pregunta que me hacía reiteradas veces, ¿Qué pasa después de la muerte?, me inquietaba mucho estas cosas. Tenía discusiones con mis amigos, ellos me trataban de infantil, me encantaban los cuentos infantiles, ¿las brujas existen? ¿los monstros? O ¿los fantasmas?, ¿es posible volar? 
Cuando mencione a los fantasmas, me hizo recordar. A Natalia le asustaban los fantasmas, siempre que ella llegaba del trabajo, yo me escondía disfrazado de fantasma y la asustaba, ella se asustaba mucho. Todavía recuerdo su cara de espanto y con el tiempo se volvió una costumbre. Ella llegaba, yo la asustaba, ella me golpeaba, después se metía adentro de la sabana, nos besábamos, nos reíamos y después terminábamos en la cama, en esta cama. 
Teníamos muchas charlas sobre fantasmas, ella creía mucho en ellos. Me contaba historias de amigos que jugaron al juego de la copa y tuvieron la presencia de fantasmas. Estaba fascinada con esas historias, yo nunca creí en eso. 
Seguía sin poder dormir, un recuerdo caía tras otro. Pero todos no eran buenos, ni lindos. Pero como todo, hay momentos lindos y momentos feos. Ella se fue, una noche se fue y no volvió más, nunca contesto su celular y tampoco me llamo. Nunca dijo porque se iba, nunca dejo una carta, una explicación, ni un motivo. Creo que este era el motivo porque no podía dormir, por las noches mi cerebro trabajaba y trabajaba, pero no encontraba la razón. Si éramos felicesestábamos muy bien, hace siete años estábamos juntos, muchos recuerdos lindos. Yo era feliz, muy feliz, muchas cosas hice para estar con ella, era el hombre más feliz. Pero ella...¿era feliz?, creo que no estaba feliz, mi felicidad me volvió ciego y no me hizo ver su situación. ¿Por qué no me lo dijo? 
Desapareció una noche, como un fantasma que voló y no volvió. La ventana se volvió a abrir, el viento estaba cada vez más fuerte, me acerqué y la cerré. Un frio helado corrió por mis piernas, sentí como un escalofrióVolví a la cama, me acosté, la espalda me seguía doliendo, me moví para mi derecha. Este era su lado de la cama. 
-¿Vos crees en los fantasmas? -me pregunto ella.