viernes, 9 de febrero de 2018

Puto


Hombre...que difícil definirla con una sola palabra. ¿Es posible definirla con una sola? 
Recuerdo cuando era chiquito y me explicaban cuál era la diferencia, entre un hombre y una mujer. ¿Hombre es solamente el que tiene pene? ¿hombre es el que tiene muchas mujeres? ¿el que tiene mucha fuerza? ¿Cuál es la definición exacta? ¿Cuál es la diferencia entre dos hombres? 
En mi casa, en la escuela y en la iglesia, siempre me contaron la misma historia. El origen de la vida. Adán y Eva y la manzana, un hombre y una mujer, pero... ¿Sentían amor? ¿estaban enamorados? Nadie nos cuenta esa parte de la historia. Yo entiendo la historia y la comprendo, gracias a un hombre y una mujer estoy hoy acá, solo quiero averiguar, comprender las cosas. ¿Cómo sabia Adán que le gustaría una mujer? ¿Por qué los demás hombres siguieron estando con mujeres? ¿En esa época no había sentimientos? 
Me crie sabiendo que la homosexualidad era un pecado, una enfermedad, algo que solo les ocurría a los locos. Pero... La "creación del mundo", ¿no fue a través de un pecado? ¿Adán y Eva no fueron pecadores?  
Pecador: aquella persona que ha cometido un acto en contra de la voluntad de dios. ¿Todos somos pecadores? ¿dios nos va a echar del cielo? 
Enfermedad: Alteración leve o grave del funcionamiento normal del organismo, o de alguna de sus partes debido a una cusa interna o externa. Un homosexual, ¿posee una alteración grave? 
Al hombre se lo emparenta con la figura del macho, el tipo duro, recio, alto, fuerte, con voz ronca. Y un hombre por ser sensible, ¿deja de ser hombre? ¿Por creer en el amor? ¿por llorar? O ¿por sentir miedo? 
La sociedad esta armada para el hombre, el hombre de la casa, el hombre debe trabajar, el hombre debe tener la comida. Todo para el hombre. 
El futbol es solo para los machos, a los que no le gusta el futbol son putos. Si no miras futbol sos puto, si no jugas fuerte sos puto. El futbol está hecho para los hombres. Yo no elegí el futbol, elegí rugby... ¿habrá deporte más machista que el rugby? Hay una cultura alrededor del rugby, una historia prestablecida de "hombres", "machos" y "valientes". Es un circulo muy cerrado, donde muy pocos pueden ingresar. La transformación de las personas en máquinas, músculos por doquier y el adoctrinamiento del macho, enfrentarse a otros hombres, luchar contra ellos y vencerlos en una batalla, como aquel soldado que se prepara para la liberación de su país. Es el encuentro entre dos machos, los cuales se enfrentan, se chocan y se golpean en el verde césped, por el simple hecho de ser hombres. El rugbier es para hombres. 
Pablo y Franco estaban en el vestuario, recién habían terminado de entrenar. Franco agarro su celular y comenzó a reírse. 
- ¿De qué te reis, boludo? -pregunto Pablo. 
-De puto –contesto Franco mirando su celular. 
-¿Qué? ¿Qué decís, putazo? 
-¿No lo viste? -pregunto Franco. 
Pablo lo miro y negó con la cabeza. 
-Es un chabón que usa una máscara, no se sabe quién es, pero dice que juega en el club. 
-A ver –dijo Pablo agarrando el celular- Es verdad, tiene el buzo. 
-Viste, re loco –dijo Franco agarrándose la cabeza. 
-¿Quién será? Lo tenemos que cagar bien a trompadas y después romperle el orto. 
-Pero le va a gustar –dijo Franco riéndose. 
Pablo lo miro y comenzó a reírse. 
-Hoy a las nueve va a revelar su identidad –dijo Pablo. 
- ¿Posta? 
-Si, nos vamos a juntar hoy en el club. 
-¿Vienen todos? -pregunto Pablo. 
-Si, todos. Menos Nacho. 
-¿Por qué? -repregunto Pablo. 
-Porque el viejo tiene un problema en la empresa y tiene que ayudarlo –contesto Franco. 
Pablo lo miro y asintió con la cabeza. 
-Vamos a ducharnos, porque hay un olor –dijo Franco- Míster P 
-Y vos sos PP –dijo Pablo riéndose. 
- ¿Qué es eso? -Pregunto Franco quitándose la ropa. 
-Pedazo de puto. 
-¿Te gusta por la colita? -pregunto Franco metiéndose en la ducha. 
-Ay si, Puto –contesto Pablo tirando agua. 
Eran las veinte y cincuenta de la noche, faltaban diez minutos para las nueve de la noche. Todos estaban en el club, estaban todos reunidos frente a la tele, habían alquilado una tele gigante. Estaban expectantes, querían saber, querían conocer quién era Puto. Eran las ocho y cincuenta y nueve, faltaba solo un minuto. 
La tele se prendió, se veía una leve figura, la gente comenzó a gritar. Se movió un poco, se paró enfrente de la cámara, seguía con la máscara en su rostro. 
-Creo que llego el momento, es muy difícil para mí hacer esto, pero gracias, gracias a todos los que estuvieron ahí, a los que me apoyaron y a los que me dieron fuerzas. 
-Solo espero que me sepan entender. Hace un mes que comencé a contar mi historia, a través de las redes sociales. Hace un mes que estoy usando esta mascara, pero esta no es mi verdadera mascara, mi rostro es mi mascara. Cada vez que me levanto y me miro al espejo, fingiendo ser otra persona, inventando historias que nunca ocurrieron, solo por temor. 
-En el club viví los mejores momentos de mi vida, soy muy feliz ahí. Pero tome una decisión, fue una elección de vida, es algo que siento. Simplemente me gustan los hombres y no Putsoy un pecador, no estoy enfermo y no voy a dejar de ser HOMBRE. 
-Muchos me preguntaron por el nombre y siempre digo, es lo que estoy acostumbrado a escuchar, puto, trolo, putazo, maricon. Y siempre se repite una, puto. 
-Por eso es ahora de que me saque la máscara y mostrarles quien soy –dijo Puto quitándose la máscara. 
-¡NO! ¿NACHO? -pregunto Franco sin poder creerlo. 
-¡NACHITO! -exclamo Pablo. 
-Si, soy Nacho. El mejor jugador del club, la joven promesa, el próximo capitán de los pumas. 
-YO SOY PUTO –dijo Nacho parándose delante de la cámara. 

viernes, 2 de febrero de 2018

Gordito, cuatro ojos y feo


Las palabras son necesarias para expresarnos, para contar como nos sentimos, para comunicarnos. En fin, las palabras son necesarias. No hace falta redactar una carta entera para demostrar lo que sentimos, simplemente con pocas o con solo una, podemos contar lo que sentimos. Yo elegí tres palabras. 
Mi mamá me vino a buscar a la escuela como todos los días, subí al auto emocionado y solo esperaba llegar a casa. ¿Quién no disfrutaba de salir de la escuela y que venga un amigo a jugar a tu casa? Pero no era cualquier amigo, era Gastón, el chico más popular de la escuela. Todo el mundo quería jugar con él, era muy simpático, divertido y el mejor en los deportes. 
Entré y fui directamente a mi habitación, tenía que ordenarla toda, esa era la condición que me había puesto mi mamá. El timbre sonó, mi mamá abrió la puerta y yo, esperaba ansiosamente detrás de la puerta de mi habitación. 
-Pasa... Luca está en su habitación –dijo mi mamá. 
Gastón se acercó a la puerta y la abrió lentamente, allí lo esperaba con una enorme sonrisa. Me acerqué y le di un fuerte abrazo, el enseguida se soltó. 
-Hola gordito –dijo Gastón saludándome. 
Siempre me saludaba así, al principio me molestaba, pero me acostumbre, era un honor que el chico más popular se tome la molestia de ponerme un apodo. Solo que ese no era mi único apodo, también me decía: cuatro ojos y feo. El problema era cuando toda la escuela se copiaba y me lo decían, porque a él se lo personaba, al resto no. 
- ¿Jugamos a las cartas? -pregunte yo abriendo un cajón. 
- ¿A las cartas? ¿Qué somos nenitas? -contesto Gastón. 
Yo lo miré y sonreí. 
- ¿La play? ¿Dónde está la play?  
-No, la, la play no. 
- ¿Por qué no, cuatro ojos? -pregunto Gastón. 
-Mi mamá no quiere, solo los fines de semanas –conteste yo mirando hacia abajo. 
Gastón comenzó a reírse a carcajadas. 
- ¿Qué paso? -pregunte yo sin comprender. 
-Vos gordito, sos un personaje –dijo Gastón riéndose- Tenes que revelarte, decirle: loca habilítame la play. 
- ¿Vos decís? -pregunte yo. 
-Si, así de una. 
En ese momento mi mamá ingreso con la merienda, en sus manos. 
-Qué bueno que se estén divirtiendo –dijo mi mamá apoyando la bandeja. 
Sonreí y le agradecí con la mano, mi mamá se fue y cerró la puerta. 
- ¿Vos comes esto? -pregunto Gastón señalando la bandeja. 
Asentí con la cabeza, mientras probaba una galletita. 
-Ya entiendo porque estas tan gordo. 
-A todo el mundo le gusta el chocolate –dije yo comiendo las galletitas. 
Gastón saco su celular y comenzó a filmarlo. 
- ¿Qué haces? ¿Qué estás haciendo? -pregunte moviendo mi mano hacia delante. 
-Te estoy filmando, bobo –contesto Gastón acercándose con el celular- Miren al gordito, cuatro ojos y feo. No se rían de él. 
-No lo subas, por favor –le pedí tapándome la cara. 
-Acá estoy en la casa del gordito, un bajón men –dijo Gastón hablándole al celular. 
- ¿Con quién hablas? -pregunte yo muy curioso. 
-Con nadie –dijo Gastón guardando su celular- ¿Qué vamos hacer? 
-Podemos jugar a un par de juegos de mesas o te puedo ayudar a hacer el trabajo practico. 
- ¿Quién te gusta del cole? -pregunto Gastón 
- ¿Qué? -repregunte yo bebiendo mi jugo. 
-Dale, quien te gusta. Alguien te gusta, con esos cuatro ojos habrás visto a alguna. 
-Melisa –respondí muy tímidamente. 
- ¿Meli? -pregunto Gastón. 
Lo miré y asentí con la cabeza. 
-Meli, no te va a dar bola –dijo Gastón tocándose la cara. 
- ¿Por qué? 
Gastón me agarro la mano y me llevo junto al espejo. 
-Mírate... con esa panza, esos lentes que te cubren toda la cara y bueno, vos estas para el bando de los feos. 
Me quede observando en el espejo y no conteste. 
-Tenes que salir a correr, hacer un poco de ejercicios. 
Lo miré y asentí con la cabeza. 
- ¿Te puedo contar un chiste? 
-Bueno, dale. 
- ¿Sabes de que no vas a morir, vos? 
Negue con la cabeza. 
-De hambre –dijo Gastón riéndose. 
Lo mire, mire para abajo y sonreí por hostilidad. 
-Dale reite, es un chiste. Cuatro ojos. 
En ese momento ingreso mi mamá, abrió un poco la puerta y nos habló desde ahí. 
-Gasti, vino tu mamá. 
Yo la miré, asentí con la cabeza y sonreí. 
-Nos vemos, gordito –dijo Gastón agarrando su mochila y abriendo la puerta. 
Me quedé observando cómo se iba y rápidamente cerré la puerta con llave. Me senté en mi escritorio, saque una hoja de mi carpeta, tome una lapicera y me puse a escribir. 
Tenía mucho dolor, sentía mucho dolor dentro mío, la panza se me estrujaba, era un dolor que sentía a menudo. Siempre creí que podía controlarlo, que era algo pasajero, algo que yo solo podía manejarlo. Pero mis entrañas hablaron, ya no podían más, el dolor me estaba ganando y ya no tenía las fuerzas necesarias para vencerlo. A veces es difícil aceptar la realidad, darse cuenta de las cosas y todo tiene un tiempo, hoy se acabó mi tiempo. 
Las palabras son necesarias para expresarnos, para contar como nos sentimos, para comunicarnos. En fin, las palabras son necesarias. No se falta redactar una carta entera para demostrar lo que sentimos, simplemente con pocas o con solo una, podemos contar lo que sentimos. Yo elegí tres palabras. Gordito, cuatro ojos y feo. 
Un viento fuerte entro por la ventana, la hoja comenzó a flamear, comenzó a volar por el aire. Las palabras volaban por la habitación, desplegando todo su dolor dentro de estas cuatro paredes. El silencio era el único testigo, era el único que estaba en mi habitación, quizás mi respiración ya no se escuchaba y mis ojos seguían abiertos. La carta termino su destino, su vuelo y aterrizo sobre mi cuerpo.