martes, 9 de enero de 2018

El abogado


Agostina estaba encerrada en su habitación, hace diez horas que se encontraba atrincherada en su casa. La policía esperaba afuera con una orden de arresto. 
El juez Carboni reunió las pruebas necesarias para encarcelarla, un título trucho, lavado de dinero y ciento de denuncias de mala praxis, distintos allanamientos en su consultorio y computadoras secuestradas, en las cual se encontró toda la documentación persistente. 
Agostina Inzua hija del reconocido empresario Iñaki Inzua, el cual se dedicaba a la fabricación de vinos. Su hija con veinte siete años se había recibido de cirujana plástica, la cual ejercía en su consultorio llamado Beautiful. Beautiful era el consultorio más conocido de la Argentina, a cinco años de su inauguración, era el centro más popular de la Argentina. 
Agostina se volvió una de las mujeres más famosas y más influyentes sobre las mujeres, todas querían ser como ella. Su rostro estaba en todas las portadas de las revistas, todos los programas de televisión la entrevistaban y en internet era la mujer más buscada. Era una mujer que fomentaba la implementación de las cirugías, alzaba la bandera de las intervenciones y de las agujas, su discurso acaparaba a miles de jóvenes y era muy influyente sobre ellas. Siempre declaro lo difícil que fue su adolescencia, las cargadas y el bullying la marcaron mucho. Por eso decidió comenzar a operarse. Primero empezó con un pequeño lifting en las cejas, después siguieron los pómulos, luego los senos y así consecutivamente, hasta llegar a ochenta operaciones, convirtiéndose en la mujer con más operaciones en el mundo. 
-¿Por qué no se puede encontrar la perfección? Si lo podemos pagar, chicas vengan a Beautiful –declaro Agostina en la inauguración de su centro de atención. 
Hace dos meses había culminado su relación sentimental con Stefano Del Campo, hijo del vicepresidente de la Nación. Estuvieron de novios durante siete años, tenían pensado formar una familia y radicarse en Miami, pero nada prospero. Muchos dicen que hubo terceros en discordia, pero este rumor fue desmentido por las dos partes e incluso declararon que su separación fue en buenos términos. 
Los medios de comunicación comenzaron a rodear la casa de Agostina, era la noticia más importante del día, la mujer más reconocida del país estaba atrincherada en su casa, la policía aguardando llevársela a la cárcel y toda la televisión expectante. 
Agostina estaba muy nerviosa, no sabía cómo actuar. Ya habían pasado siete horas, mucho tiempo no le quedaba, tenía que cambiar de estrategia. No paraba de mandar mensajes y de llamar, en la desesperación decidió llamar a su ex. Este último le negó la ayuda, alegando que su papá estaba muy ocupando remplazando al presidente en sus vacaciones. 
Un llamado inesperado llego a su celular, era su padre. Iñaki le indico que había contratado a Fernando Sartorio, el mejor abogado del país. Este último era valorado por su inteligencia, su picardía y la implementación de estrategias tan extravagantes como extrañas. Su último trabajo había sido la épica de haber salvado de la cárcel a Luis Martin, intendente de La Plata. El cual fue encontrado con quinientos mil millones de pesos, los cuales provenían de la obra pública, en una maniobra de corrupción. Sartorio argumento que el intendente sufrió un brote psicótico producto de una violación que sufrió de niño y que el dinero que tenía, lo iba a donar a una fundación. A través de esta historia tan creíble como ficticia, el juez le otorgo la prisión domiciliaria. 
Diez minutos después de haber cortado con su padre, Fernando Sartorio ingreso al interior de la casa por una puerta trasera. 
- ¿Agostina? -pregunto el abogado cerrando la puerta. 
Agostina salió corriendo y le dio un abrazo. 
-Estoy desesperada. 
-Tranquila, tranquila. Para eso estoy acá –dijo Fernando abrazándola. 
Agostina se largó a llorar desconsoladamente. 
-¿Hablaste con alguien? -pregunto el abogado. 
Agostina se sentó en su cama y tomo su celular. 
-Hable con mi papá, con mis amigas y con...llame a, lo llame a mi ex. 
- ¿Del campo? -pregunto Fernando sentándose en la cama. 
-Si, lo llame. Pero no me quiso ayudar –contesto Agostina tirando su celular en la cama- Cuando pase todo esto, lo quiero hundir a ese hijo de puta. 
-Quédate tranquila, Agostina. ¿Con la prensa hablaste? 
Agostina negó con la cabeza. 
-Perfecto, eso nos va a dar tiempo –dijo Fernando levantándose. 
-Yo no quiero ir a la cárcel, hace lo que tengas que hacer –pidió Agostina. 
Fernando se sentó en una silla, se desabrocho el saco y apoyo su mano en la mesa. 
-Tenes amigos en la prensa, ¿no? 
Agostina afirmo con la cabeza. 
-Necesitamos hablar con ellos –dijo Fernando. 
Luego de quince minutos, tres hombres ingresaron por la puerta trasera. Uno era el periodista del programa "La búsqueda", otro era la productora del programa "Pantalla", programa de chimentos número uno de la televisión y, por último, el fotógrafo de "Selfie". 
-Bueno, los reunimos aquí para contarles la realidad, lo que en verdad está ocurriendo. Necesitamos de la ayuda de ustedes –explico Fernando delante de todos. 
Los tres escucharon atentamente. 
-Ahora les voy a mandar una foto, esto ocurrió ayer anoche en un boliche. Este que ven ahí, es Fausto hijo del juez Carboni. El la golpeo salvajemente. Es mentira que esta atrincherada, esta dolida y tiene vergüenza de mostrar su rostro. 
Los tres se sorprendieron al escuchar esta versión, la cual desconocían. 
-Por favor, saquen le una foto –pidió Fernando. 
El fotógrafo se acercó hacia la habitación y le saco una foto. 
-Por favor, Flor. Veni un segundo –dijo Fernando yéndose hacia un costado. 
Florencia se acercó a Fernando. 
-Tengo una bomba para tu programa –dijo Fernando hablándole al oído. 
Agostina abrió su computadora y leyó la noticia de "La búsqueda", la estrategia del abogado ya estaba en marcha y se estaba replicando por todo el internet. 
-Hola –dijo Fernando hablando por su celular. 
-Sos un hijo de puta, estas jugando sucio. 
- ¿Quién habla? -pregunto Fernando irónicamente. 
-Con mi hijo no te metas, te estas metiendo en un lugar peligroso. 
-Me está amenazando, ¿señor juez? 
-Espero no volvértelo a repetir. 
-Solo estoy defendiendo a una mujer que fue golpeada –dijo Fernando- ¿Ahora te volviste bueno? ¿Queres meter presa a la mujer más famosa del país? Eso va a traer consecuencias. 
-Te voy a destruir, basura. 
-Que pase una buena noche juez Carboni. 
Ya eran las diez de la noche, horario en el cual comenzaba la búsqueda, programa conducido por Pedro Vázquez. Este último abrió su programa con la noticia de Agostina Inzua. 
-Buenas noches, como todos sabrán hoy a la mañana el juez Carboni, dictamino el pedido de arresto contra Inzua Agostina, la mujer más importante del país. 
-Agostina fue denunciada por poseer título de cirujana plástica trucho, lavado de dinero y cientos de clientas la denuncian por mala praxis. 
-Agostina es hija del empresario más importante de la Argentina. 
-Hoy manteníamos la información de que Agostina, estaba atrincherada en su casa impidiendo que la policía entrase. Pero a la tarde descubrimos esta foto, por favor señor director. 
-Al que vemos en esta imagen es Fausto Carboni, hijo del reconocido juez de la nación. Podemos ver claramente como la golpea, produciéndole innumerables marcas en el rostro. 
-Así que Agostina no está atrincherada, Agostina esta avergonzada por como quedo su rostro. 
-Siendo las diez y media de la noche, estamos en condiciones de confirmar una noticia. Es muy fuerte, va a cambiar el rumbo de la historia sobre Agostina. 
-Agostina, tendría un atraso. Estaría embarazada y el padre, el padre seria...Stefano Del Campo. Hijo del vicepresidente. 
-En el interior de la casa, se encuentra nuestra productora Florencia, la cual la está acompañando en este momento tan difícil. Lo que podemos confirmar a esta hora, siendo las diez y cuarenta y cinco, es que Agostina se está haciendo el test de embarazo. 
El abogado estaba sentado en la cama junto a Agostina, los dos estaban mirando atentamente la televisión. Su celular comenzó a sonar, se levantó y lo atendió. 
- ¿Quién habla? 
-Marcos Del Campo, vicepresidente de la nación. 
- ¿O? ¿presidente? -pregunto Fernando. 
-Me estas complicando la vida, hay que parar con todo esto. Tengo a todos los medios llamándome -dijo Marcos 
-Mi trabajo es hacer justicia. 
- ¿Qué queres? 
-Se de su enemistad con el juez Carboni, necesitaría...que levante la orden y que Agostina, no vaya presa –pidió Fernando. 
-Es un pedido muy complicado –contesto Marcos. 
-Como usted quiera. 
-Está bien, está bien. Lo voy a hacer, pero vos frena todo esto. 
-Perfecto, favor por favor. Señor presidente –dijo Fernando sonriente. 
Pedro Vázquez seguía al aire con su programa, hacía más de diez horas ininterrumpidas cubriendo la noticia de Agostina. 
-Siendo las cinco de la mañana seguimos en la casa de Agostina, la policía sigue esperando afuera y hay ciento de mujeres agolpadas en la puerta de su casa, con carteles en sus manos. A esta hora la noticia es que el juez Carboni, habría levantado la denuncia y no iría a la cárcel 
-Vamos urgente al móvil, es inminente la salida de Agostina. Ahí se abrió la puerta, está saliendo. Vamos al móvil. 
Agostina salió con lentes oscuros, con una capucha en su cabeza y fue rápidamente a su auto, sin responder una pregunta. 
-AGOSTINA. 
-AGOSTINA 
-AGOSTINA. 
Fernando su abogado se paró enfrente de los periodistas y respondió algunas preguntas. 
-Agostina, está muy conmocionada y no puede contestar ninguna pregunta. Solo me dijo que le agradece, a todas las mujeres que se acercaron. 
- ¿Está embarazada? 
-No puedo contestar esa pregunta. 
- ¿Se hizo el test de embarazo? 
-Si, se lo hizo. No puedo decir el resultado porque no lo sé, pero la llegada de un hijo es una bendición –dijo Fernando. 
- ¿Se levanto la denuncia? 
-Por suerte, sí. Era una injusticia, una denuncia inventada que casi llega a una persona tomar la decisión de abortar –dijo Fernando- Creo que como sociedad nos debemos una charla sobre el aborto. 
- ¿Qué va hacer, Agostina? 
-Ahora vamos a ir a la clínica para realizarse diferentes estudios y luego nos presentaremos en la justicia, porque no tenemos nada que esconder –dijo Fernando- Chau, muchas gracias y les agradezco como trataron el tema. 
El abogado de Agostina abandono a los periodistas y se dirigió hacia el auto. Al sentarse junto a Agostina, el chofer comenzó a manejar. 
-Muchas gracias, me salvaste la vida –dijo Agostina sacándose los lentes. 
-No fue nada...soy abogado. 

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