sábado, 15 de julio de 2017

la bailarina rusa



 La bailarina rusa 

Lentamente abrí los ojos, seguía acostado en la cama, eso todavía me acordaba. El dolor de cabeza me mataba, sentía como si me estuviesen pegando martillazos en el cerebro. Mire hacia mi costado y las sabanas estaban revueltas, posiblemente habría estado una mujer o posiblemente dos. No creo haber tenido tanta suerte o quizás tanta plata. A esta altura de mi vida, no era cuestión de suerte, si no de dinero y la jubilación de policía no alcanzaba. Me recosté en la cama y me quedé mirando el techo, las manchas de humedad me fastidiaban, Como quieren que el cabaret remonte, si lo tienen todo descuidado. Igual esta era la mejor habitación, si se podría decir mejor, pero no me acordaba si a esta habitación vine la semana pasada o la semana anterior, creo que esa mancha la hubiese recordado. Para un ex policía era difícil remplazar las tardes de adrenalina, ahora la adrenalina me la daba el alcohol, el cigarrillo y las mujeres. Me encantaba venir a este cabaret, era viejo, hace muchos años terminaba mis guardias acá. Era como un parque de diversiones para mí y no me importa lo viejo que este y lo destruido que este, para mí era como el vino, con el pasar de los años se pone más bueno. Creo que, a esta edad, 52 años, si no me da vergüenza decirlo, creo que estoy bien, la caída del pelo era inevitable, era una cuestión hereditaria, a mi abuelo se le había caído a mi viejo también, ¿Por qué no me iba ocurrir a mí? Los abdominales fueron desapareciendo, la panza fue ganando su lugar, la comida fue remplazando a los ejercicios y el alcohol se volvió una costumbre. Me canse de mirar esa mancha, ya me estaba fastidiando mucho, la miraba como aquel ladrón que perseguíasentía en la palma de mi mano derecha, la sensación de esa nueve milímetro que me acompaño mucho tiempo, era parte de mi familia. Si familia tenía, pero la deje ir, no se si lo hice a propósito o no me di cuenta. Mi egoísmo fue una de las razones, el amor por mi trabajo y ella, era otra de las razones, quizás la más importante. Su pelo rojo, era algo increíble, simbolizaba toda su pasión y era lo que me encantaba, la pasión. Sus pecas por toda la cara la hacían diferente a todas, le daba un toque de inocencia a tanta lujuria. Sus labios finitos eran un toque de fineza, creo que los labios definían su rostro, si esas mismas comisuras eran carnosas, su rostro no sería tan bello. Era la mujer más hermosa que había visto, que me perdone Romina, la madre de mis hijos. Ella es muy linda, pero la pelirroja era una cosa de locos, una mujer única en el mundo, si existía la perfecciónllevaría su nombre. Justamente eso no recordaba, ¿Cuál era su nombre?, los martillazos seguían replicando en mi cerebro, mi memoria estaba vacía, no recordaba nada. Tampoco podía recordar su nacionalidad, ese rostro no era digno de una porteña, ella era extranjera. ¿Pero de dónde? ¿De que país venia? Si no podía recordar su nombre, menos podía recordar su nacionalidad, mi mente estaba totalmente anulada. Lo que, si recordaba perfectamente, era las veces que me cague a trompadas por la pelirroja, me molestaba que la toquen por demás, que la maltraten o que la insulten. Esos fueron los motivos por las que me agarre a piñas, ellos no veían lo que veía yo, para mí era una muñequita de cristal, era oro puro. No era esa clase de mujer, que uno tenía que desperdiciar, ni siquiera pagando la tarifa, ella valía mucho más. 
Todas las veces que me agarre a trompadas, ella siempre me terminaba curando las heridas, el hielo en mi ojo ya era una costumbre, Mientras me atendía, no paraba de mirarle el cuello, ahí tenía un tatuaje. Era un dragón. Ese dragón lo recordaba de algún lugar, pero seguía sin recordar nada. 
Siempre me quiso recompensar mi ayuda con sexo, pero nunca acepte. Yo no quería que sea forzado, quería que sea consensuado y que sea pasional. Nunca acepte, quizás hubiese perdido mi única oportunidad, pero nunca perdía las esperanzas. 
Me recline sobre la cama, me rasque la cabeza y apreté bien los ojos. Estaba en calzoncillos, era evidente que con alguien habías estado, a parte tenía mis calzoncillos de guerra. Me acerco a la mesita de luz, encendí la lampara y la apagué, la volví a encender y la volví a apagar. En la esquina de la mesita, había una servilleta, de lejos divise que había algo escrito y un beso al final. Lo agarré y lo leítenía unas letras raras: не входит в ванной комнатеNo pude descifrar de que nacionalidad era. Lo observé bien y recordé, era ruso. Me acordaba porque investigué mucho tiempo a la mafia rusa y seguí recordando. Ella, la bailarina, era rusa. Agarre mi celular, copie el mensaje y lo traduje"No entres al baño" 
Como fiel policía, un simple mensaje no me iba a frenar. Me levante, abrí el cajón, saque el arma y me dirigí hacia el baño. Antes de entrar, revise la habitación, no había nada raro. Abrí la puerta del baño lentamente, esta hizo un chillido raroesperé que alguien saliera, pero no salió nadie. Abrí definitivamente la puerta e ingresécorrí la cortina y no había nadie. Mi sospecha de cadáver, se disipo, no había nadie. Me topé con un maletínallí había otro mensajecon la misma caligrafía y con un beso al final. Otro mensaje en ruso: Дайте его к нужному человекуSali del bañoagarre mi celular y traduci el mensaje"Entregaselo a la persona correcta" Me quede sentado en la camaella me estaba pidiendo ayudapero que le estaba ocurriendoMuchas incognitas rondaban por mi cabeza, ¿Habia estado con ella? ¿Que contenia el maletin? ¿Por que no recordaba nada?. Eran muchas preguntas que no podia contestarMe levante de la cama y fui al bañoagarre el maletin y lo deje en la camasabia que ese maletin era la unica manera de ayudarlaDebia cuidarlo mas que a mi vida. 
Pude recordar algosu nombre. SvetaYo le decia, Vetabaila VetaEn ese momento me paralizelindos recuerdos de un loco enamoradoEn ese preciso instantetiraron la puerta de la habitacion abajoentraron tres tipos armadosIntente disparar con mi armapero no salio ninguna balacrei que habia perdido el timingpero al notar su flaqueza me di cuenta que le habian quitado las balasUno de los primeros tipos me golpeoyo solo agarre el maletinEl otro tipo me hablaba en rusoEl tercer tipoera diferente a los demasNo tenia la alturani la constestura fisica de los matoneseso me daba la pauta de que era el liderPero hubo algo que detuvo mi atencionsu cuelloAlli tenia un tatuajeun dragonel mismo que tenia SvetaLogre separarme de los matones y lo golpeeenseguida los matones comenzaron a golpearme como reprimendaTermine tirado en pisoal lado mio estaba el maletinla nariz ya me sangraba. 
El lider se me acerco y me miro. 
-El maletin – con un español muy malo. 
-¿Sveta? ¿Donde esta? -pregunto Eugenio cubriendo el maletin. 
El lider se miro con sus matones y sonrio. 
-¿Sveta? 
-¿Donde estaSi le hicieron algo te mato. 
-Dame el maletin –dijo el lider. 
-Sveta, ¿Donde esta? 
-Dame el maletin –dijo el lider apoyandole el arma en la cabeza. 
Eugenio lo escupio. 
-Chau –dijo el lider disparandole en la cabeza. 
Eugenio cayo muerto sobre el piso. 
-Llevenlo al baño -dijo el lider limpiando su arma. 
Los matones agarraron a Eugenio y lo acomodaron en el bañoEn ese momento ingreso Svetase acerco a el lider y lo besoEl lider se retiro de la habitacionSveta fue hacia el bañobeso la frente de Eugenio y escribio un mensaje en una servilletaне забывай меня

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